La sección primera de la sala de lo contencioso-administrativo del TSXG concluye en la sentencia que la Xunta debió instalar señalización que advirtiese del peligro que representaba "la frecuente presencia de las especies que son objeto de caza".
En concreto, el fallo recoge que, con los datos que se manejaban, "no es difícil deducir la existencia de peligro de presencia frecuente de animales en libertad en la calzada, por lo que resultaba obligada la señalización".
Así, la sala asegura que era "más que previsible" la irrupción en la carretera de animales sueltos en libertad porque está situada en las proximidades de un terreno cinegético en el que tienen lugar batidas de jabalíes.
Además, ha tenido en cuenta los siniestros derivados de atropellos de animales que se produjeron en la zona, pues en 2015 se registraron tres; y en 2012 y 2014, otros dos. La sala subraya que la Xunta incumplió "los estándares mínimos de seguridad exigibles respecto a los usuarios de la vía".
El tribunal resalta que "no existe base alguna" para considerar al conductor del automóvil corresponsable del accidente, pues "ni se menciona ni existe en el expediente prueba que demuestre que conducía sin atemperarse a las circunstancias de vía mojada y reducida visibilidad". Como consecuencia, rechaza en el fallo rebajar el importe de la indemnización.
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