En rueda de prensa junto al director general de Medio Natural, Miguel Urbiola, ha dado a conocer que el año pasado se declararon 35 siniestros con 55,1 hectáreas afectadas, frente a la media de 84,1 incendios y 163 hectáreas de los últimos años.

Durante 2018, la Comunidad Autónoma registró 35 incendios frente a los 81 que se produjeron en 2017. Del total de la superficie afectada, algo menos de la mitad, 26 hectáreas, eran arboladas.

"Al no registrarse ningún incendio de más de 100 hectáreas, se puede calificar de muy bueno en cuanto a superficies afectadas y se rompe la tendencia seguida en los últimos años, ya que que decrece notablemente la superficie arbolada y desarbolada atacada por el fuego", ha añadido.

Así el año pasado hubo 27 conatos de menos de una hectárea, cuando la media del decenio es 64,5, bastante más del doble. Lo mismo se puede decir respecto los incendios de más de una hectárea de superficie quemada; tanto la media del último decenio como el dato de 2017 rondan los 19 incendios anuales, mientras que en 2018 tan solo se registraron 8.

Con estas cifras, el pasado 2018 la superficie media quemada por siniestro en La Rioja fue de 1,58 hectáreas, prácticamente la mitad del año anterior y también notablemente menor a la media del decenio, que está en 2 hectáreas.

Nagore ha destacado tanto la meteorología, con un año muy húmedo, como la "concienciación" de los riojanos.

Las lluvias mantuvieron a la vegetación en agosto y septiembre menos propensa a arder, algo que se vio reforzado con un noviembre de abundantes precipitaciones que dieron por cerrada la campaña de riesgo de incendios.

El mes más negativo fue marzo, donde se concentraron el 25 por ciento de los siniestros que ocasionaron el sesenta por ciento de la superficie total forestal quemada.

El incendio de mayor extensión se produjo precisamente en ese mes en Arnedo-Bergasa, con 28,50 hectáreas quemadas, de las cuales 17,16 has eran arboladas. Según ha reflejado la investigación de causas de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales (B.I.I.F) fue fruto de una negligencia en una quema de restos agrícolas.

En relación con el origen de los siniestros, nueve de cada diez se debieron al factor humano. Dentro de estos, dominan los incendios originados por quemas agrícolas inadecuadas; le siguen las negligencias y otras causas accidentales (23 por ciento) y los incendios por causas naturales (rayo), que supusieron un tres por ciento de las causas. En otro seis por ciento de los siniestros no llegó a determinarse la causa del incendio.

Urbiola ha detallado que se levantaron cincuenta expedientes administrativos, y ocho casos se llevaron ante un tribunal penal por la posibilidad de que hubiera delito. En cuatro casos se consideró que había habido negligencia, pero tres de estos fueron sobreseídos.

El Gobierno de La Rioja destinó el pasado año 9,37 millones de euros a la lucha contra los incendios. De esa cantidad, unos 5,4 millones de euros se invirtieron en labores de prevención a lo largo de todo el año; mientras que la extinción concentró 3,97 millones de euros del presupuesto.

Medio Natural dispuso en periodo de precampaña (1 de enero a 30 de junio) de un helicóptero bombardero modelo Bell-412 con helibalde de 1.500 litros, que empleó 40,25 horas realizando 104 descargas de agua. Ya en periodo de alto riesgo el helicóptero estuvo dotado de una cuadrilla helitransportada de 9 miembros (7 especialistas, 1 capataz y 1 técnico).En esa época el helicóptero empleó 45 horas de vuelo, y el total de descargas realizadas ascendió a 56.

Se intervino hasta en cuatro ocasiones en incendios forestales fuera de la Comunidad Autónoma, entre ellas en Cerezo de río Tirón (Burgos) y Montenegro y Ólvega (Soria) realizando un total de 12 descargas en la totalidad de los incendios.

Además se contó de manera continua en la Base Aérea de Agoncillo, con dos aviones de carga en tierra AT-802 cedidos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente entre el 1 de julio y el 30 de septiembre.