Mientras, la confianza empresarial en la comunidad gallega es en este primer trimestre de 2019 un 1,85% inferior a la que registraba en el mismo periodo de 2018.

Las opiniones respecto al trimestre que comienza (expectativas) reflejan que un 12,7% de los empresarios gallegos son favorables (optimistas), un 66,4% tienen una valoración normal, un 20,9% desfavorable (pesimistas) y todo eso arroja un saldo negativo de -8,2 puntos.

Mientras, las opiniones respecto al trimestre que pasó (situación) muestran un 18,8% de empresarios optimistas, un 62,7% que la ven normal, un 18,5% pesimistas y un saldo positivo de 0,3 puntos.

DATOS ESTATALES

En el conjunto estatal, el descenso de la confianza en el primer trimestre, el segundo consecutivo tras el fuerte retroceso del último cuarto de 2018 (-1,7%), se debe al empeoramiento del indicador de expectativas, ya que el de situación actual mejoró respecto al trimestre anterior.

En concreto, el balance de expectativas (diferencia entre las opiniones de los empresarios optimistas y los pesimistas) se situó en -2,7 puntos, con lo que se colocó en negativo por primera vez en dos años.

Esto se debe a que el porcentaje de establecimientos empresariales que piensan que la marcha de su negocio será favorable entre enero y marzo de este año se ha situado en el 16,6%, cifra inferior a la del trimestre anterior (19%).

Al mismo tiempo, el porcentaje de empresarios que opinan que su negocio marchará de manera normal ha bajado desde el 64,9% al 64,1%, mientras que los empresarios que se muestran pesimistas sobre la evolución de su negocio han aumentado desde el 16,1% del trimestre anterior al 19,3%.

MEJORA LA PERCEPCIÓN SOBRE LA SITUACIÓN ACTUAL

Por su parte, el balance de situación (diferencia entre respuestas favorables y desfavorables respecto al trimestre finalizado) ha subido 1,3 puntos, pasando de +3,1 puntos en el trimestre anterior a +4,4 puntos en el primer trimestre de este año.

Esta mejora de la percepción sobre la situación actual es resultado del descenso de establecimientos empresariales que piensan que su negocio evolucionó de manera desfavorable en los tres últimos meses y del aumento de los que opinan que se comportó de manera favorable.

Así, en cuanto al trimestre ya finalizado (cuarto trimestre de 2018), el ICEA muestra que el 21,6% de los establecimientos empresariales tienen una opinión favorable sobre cómo funcionó su negocio en esos tres meses, frente al 17,2% de establecimientos que han apreciado una evolución desfavorable en este periodo y al 61,2% que hablan de normalidad.

Estos porcentajes fueron del 20,7%, del 17,6% y del 61,7%, respectivamente, en el trimestre anterior.

El ICEA, que tiene una periodicidad trimestral y es comparable a nivel europeo, se elabora a partir de una muestra representativa de establecimientos empresariales.

Durante el primer trimestre del año, la confianza empresarial bajó en cuatro sectores económicos, en prácticamente todos los tamaños de establecimientos y en 14 comunidades autónomas.

TRANSPORTE Y HOSTELERÍA, DONDE MÁS BAJA LA CONFIANZA

Así, de acuerdo con los datos de Estadística, de los cinco sectores económicos analizados, cuatro recortaron la confianza en este trimestre, principalmente el transporte y la hostelería (-3,3%). Le siguen la industria (-0,9%), los otros servicios (-0,8%) y el comercio (-0,7%). Únicamente la construcción elevó la confianza, aunque ligeramente (+0,1%).

En cuanto al tamaño de los establecimientos, la confianza empeora un 2,1% en los de menos de 10 asalariados; un 0,9% en los de 200 a 999 trabajadores, y un 0,6% en los establecimientos de 50 a 199 asalariados y en los de 10 a 49 asalariados. Por contra, subió un 0,6% en los de más de 1.000 trabajadores.

Por comunidades, la confianza empresarial subió en Murcia (+1,5%), Madrid (+1%) y Navarra (+0,4%) y bajó en el resto de regiones, principalmente en Baleares (-3,9%), Cantabria (-3,6%) y Extremadura y Canarias (-2,9% en ambos casos).

Para la elaboración de este indicador se toma como referencia metodológica la OCDE, el Ifo alemán y, sobre todo, el Tankan japonés, que elabora el Banco Central del país nipón.