Eran 27 rumanos y campaban a sus anchas. Se dedicaban a duplicar tarjetas en tres talleres ubicados en la capital y en Barcelona y luego las utilizaban para sacar dinero de cajeros o comprar en tiendas y comercios. En total, la Policía ha requisado 300 tarjetas, aunque aún no ha podido calcular el dinero estafado.La Operación, llamada Campeón, tiene su origen en otra actuación policial llevada a cabo a principios de este mes en la Ciudad Condal.
La banda que actuaba en Valladolid estaba dividida en dos grupos, en el que cada individuo tenía su papel. Recibían las numeraciones de las tarjetas copiadas por grupos en Estados Unidos, Ucrania, Rumania y España, que lograban los datos sin que se detectara su copiado hasta después de usarlas.
Una vez falsificadas intervenían los encargados de realizar las compras de efectos electrónicos, así como de bolsos, ropa y joyas de marcas exclusivas.
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