Por favor, ¡la pasta no se lava! ¡Y el queso no se compra rallado, se ralla al momento de comerlo!». Con estas dos casi súplicas resumía Giovanna Santoloci sus recomendaciones sobre el uso de los productos italianos, que vende en la tienda Mangitalia de la calle Galileo de Madrid.

«Más que recetas, lo que doy a los clientes son consejos básicos utilizables para cocinar y comer cualquier tipo de pasta», dice Giovanna, que es de las cercanías de Roma y que decidió venirse a Madrid con su marido para cambiar de vida.

La tienda es como una pequeña Italia en gastronomía. Hay productos típicos de todas las regiones de la bota europea. «Tenemos mucha pasta, algo que no puede faltar en ninguna mesa italiana», remata Giovanna. «Y que se come Al dente, por supuesto».

Elegir alguna de las pastas o algunos de los gustos de las salsas es casi imposible. Hay decenas de pastas distintas, frescas, rellenas, y secas, que no se pueden encontrar en las grandes superficies; sólo en tiendas como éstas. «Sabemos que traemos productos que no traen otros», dice Giovanna. «Son cosas muy especializadas».

La misma variedad está en las salsas, con funghi, con pescado, con trufa, con carne y con una enorme variedad de especies. Además hay polenta, galletas y panes, postres helados, quesos, chocolates, cafés «de verdad, porque me disculparán los españoles, pero el café aquí es intomable. Éstos son buenos cafés».

Para acompañar la comida, se puede elegir entre más de 20 tipos de vinos, lemoncellos, licores, y la clásica cerveza de los arrabales italianos, Birra Moretti.