Con las cámaras se ve todo, hasta escenas de sexo.

Media hora de visita al puesto de control de Metro Valencia basta para comprobar la frecuencia con la que se cometen infracciones en la red del suburbano y lo fácil que es pillar a los autores. 20 minutos estuvo allí el viernes por la tarde y fue testigo directo de varios incidentes.

A esta sala están conectadas las más de 350 cámaras encargadas de velar por la seguridad de los usuarios, lo que permite detectar situaciones como las que tuvimos ocasión de presenciar: la detención de un usuario sin billete y un altercado en un vagón donde un pasajero estaba alterando el orden de forma violenta.

Nueve infracciones al día

4.000 intervenciones realizaron en 2004 los servicios de seguridad. De ellas, 3.188 fueron por infracciones, es decir, que se produjeron casi nueve al día. Una cuarta parte fueron por colarse, y algo más, un 27%, correspondieron a fumadores y a mendigos y músicos que entraron a pedir. El resto fueron actos vandálicos, como rotura de mobiliario, pintar graffiti o rayar y firmar en los vagones; robos y hurtos, y gente que apedrea los vagones cuando va en superficie.

Sin embargo, el Metro fue más seguro que en 2003, ya que se registraron un 3% menos de intervenciones que en 2004.

En cuanto al joven detenido por ir sin billete, el coordinador de seguridad explicó que el revisor los avisa. «Mandamos vigilantes para identificarlo. Si no lo hace, se avisa a la Policía, y si se identifica, el revisor le cobra el billete o le sanciona con hasta diez euros».

La vida bajo tierra en directo

El despliegue de medios técnicos permite visualizar todo lo que pasa en el suburbano. «Cada año se reducen los incidentes porque cada vez estamos mejor coordinados», explica el coordinador de seguridad. También se dan situaciones curiosas. «A veces, cuando es de noche y las estaciones están vacías, vemos parejas que mantienen relaciones sexuales, pero si no es algo fuerte no llamamos a seguridad», dice.