Aunque el arbitraje todavía es una opción minoritaria en los contratos de arrendamiento (en Aragón hay 46.778 pisos alquilados, según el Ministerio de Vivienda), aumentará otro 10% a lo largo de 2008, según la Asociación Europea de Arbitraje (AEDE).
«El mercado del alquiler demanda herramientas que ofrezcan seguridad jurídica y tranquilidad a propietarios e inquilinos», explica Javier Íscar, secretario general de AEDE.
Zaragoza, con 458 contratos de este tipo, es la provincia donde más creció el año pasado (un 15% con respecto a 2006). Le siguen Huesca, con 151 contratos (un 5% más) y Teruel, con 75 alquileres protegidos contra morosos (un 4%).
El arbitraje se utiliza, sobre todo, para acelerar el desahucio de inquilinos morosos y obligar a propietarios a realizar arreglos necesarios en la vivienda alquilada o devolver las fianzas, las principales causas de conflicto en el mercado del alquiler.
Más rápido y económico
Esta vía permite a inquilinos y propietarios solucionar sus conflictos de una manera más rápida, cómoda y barata y en más del 60% de los casos la solución llega de manera amistosa.
En lugar de recurrir a la vía judicial, ambas partes se comprometen a acatar la sentencia de un árbitro, que se pronuncia en un plazo de 30 a 45 días. El conflicto queda resuelto en unos cuatro meses, frente a la media de nueve a doce meses que se prolonga un juicio ordinario.
El convenio de arbitraje cuesta unos 48 euros y el procedimiento, en torno a 300 euros, menos de la tercera parte de las costas mínimas de un juicio (unos 1.000 euros)
Inquilinos que no pagan
La mayoría, hombres: El perfil del inquilino moroso es el de un hombre español y que vive en el medio urbano, según el Registro de Arrendatarios Morosos Sentenciados.
Dos desahucios al día: Cada año se desahucia en Zaragoza a una media de 600 inquilinos morosos.
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