Santa Cruz pone en marcha este mes la nueva tarjeta social de alimentos que incorpora productos frescos

  • El Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y la cadena de supermercados Dinosol han presentado hoy lunes la nueva tarjeta social de alimentos, que incluye por primera vez la opción de adquirir productos frescos perecederos como carne, pescado, verdura y fruta. Las cuantías previstas oscilan entre 100 y 150 euros por familia.
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La nueva tarjeta social de alimentos, que sólo este año prevé beneficiar a 14.500 personas, ha sido presentada en una rueda de prensa que contó con el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez; la primera teniente de alcalde, Zaida González; el concejal de Atención Social, Óscar Izquierdo, y el director de Planificación y Proyectos de Dinosol, Fernando Cruz.

El alcalde indicó que gracias a esta tarjeta, los usuarios de las actuales prestaciones de alimentación comenzarán a disfrutar antes de que finalice el año de este nuevo sistema que operará con una duración inicial de dos años, prorrogables por idéntico periodo, ofreciendo estabilidad y seguridad al modelo a implementar.

José Manuel Bermúdez añadió que el nuevo sistema de atención a las personas que requieren el apoyo municipal para garantizar su alimentación y la de los suyos reemplaza el actual modelo, que en el último año liquidado (2017) ha supuesto el pago de cerca de 14.000 prestaciones económicas con este fin, con una inversión pública superior a los 1,3 millones de euros al año.

No obstante, advirtió que la entrada en funcionamiento de la nueva tarjeta social no sustituye en modo alguno el esfuerzo de distribución solidaria de alimentos que coordina Bancoteide con las 46 organizaciones de reparto que están distribuidas por todo el municipio, por lo que ambas medidas serán complementarias.

Bermúdez destacó, además, que esta iniciativa es un "gran avance" porque facilita la obtención de una ayuda. A su vez, felicitó a Dinosol por haber dado "este paso" y por su "compromiso", puesto que la gestión "no es fácil". También trasladó su felicitación al equipo del IMAS, que ha cumplido con el compromiso de implementar este servicio antes de que acabe el año.

Zaida González, por su parte, resaltó que la nueva tarjeta social permitirá a los beneficiarios realizar la compra "con normalidad" y supone un avance "exponencial" dentro del catálogo de ayudas que el Ayuntamiento presta a las personas que las necesitan. En esta línea, Óscar García añadió que se trata de una medida que da "mayor dignidad y calidad" a los usuarios y aseguró que es un servicio "que viene para quedarse".

Por último, el director de Planificación y Proyectos de Dinosol, Fernando Cruz, resaltó que la puesta en marcha de esta nueva tarjeta de alimentos supone un "reto" para la empresa, entre otras razones, por el volumen "importante" de solicitudes que esperan recibir. De hecho, en el primer semestre de 2018 se entregaron 6.600 tarjetas, con una inversión de 670.000 euros.

FUNCIONAMIENTO

El nuevo sistema funciona a través de una tarjeta electrónica común, provista de banda magnética, que servirá de título a favor del beneficiario para la adquisición de los productos básicos que estén a la venta en los establecimientos comerciales. El área de Atención Social endosará a la empresa colaboradora el importe de las ayudas otorgadas a los beneficiarios e incorporadas en las tarjetas, en la medida que éstos consuman su saldo al adquirir los productos básicos.

Entre los productos accesibles a través de la nueva tarjeta básica se incluyen productos de alimentación, de higiene personal y de limpieza, incorporando a la oferta por primera vez alimentos frescos, como carne y pescado. Sin embargo, están excluidos el tabaco y las bebidas alcohólicas.

De acuerdo a las prescripciones, la empresa colaboradora deberá emitir el número de tarjetas por cada usuario, cuantía y periodo que especifique el Ayuntamiento. Para la identificación de los beneficiarios, la Concejalía de Atención Social enviará y distribuirá las tarjetas emitidas por la empresa a través de las Unidades de Trabajo Social y Zona (UTS).

Las tarjetas serán nominativas y reflejarán tanto el nombre como el documento nacional de identidad del usuario, que deberá portar el beneficiario en el establecimiento para su correcta identificación y mejor garantía de su derecho. Físicamente, la tarjeta es la misma que utiliza cualquier persona que no sea usuaria de los servicios sociales, protegiendo de esta forma la debida reserva que merecen sus usuarios.

La empresa deberá entregar las tarjetas a la Concejalía de Atención Social en un plazo no superior a cinco días, salvo en los casos de urgencia, que el plazo será de dos días. En este último caso, también se permitirá que la empresa envíe a la Concejalía un número de tarjetas para atender esas urgencias, de manera que puedan ser distribuidas por los trabajadores sociales, permitiendo sobre la marcha su activación y entrega al usuario.

Los requisitos de las tarjetas establecen que deben ser recargables por periodos mensuales y por cuantías definidas, debiendo la empresa contar con un sistema de habilitación automáticas de las cargas. Igualmente, las tarjetas deben permitir consumir el saldo total o gradualmente pero siempre dentro de cada mes.

La cuantía de cada ayuda se fijará en función del número de miembros de la unidad familiar y aunque su vigencia sea mensual, permitirá acumular en una misma tarjeta varias mensualidades de prestaciones. Las cuantías previstas oscilan entre 100 y 150 euros por familia, incrementándose su dotación en proporción al número de miembros de cada unidad familiar.

Para garantizar el alcalde de la tarjeta, la empresa colaboradora debe contar con un establecimiento, al menos, en cada uno de los cinco distritos de Santa Cruz de Tenerife. En el caso de Dinosol, cuenta con una red de supermercados por todo el municipio y que prevé ampliar en el futuro.

El Ayuntamiento, debido a la escasez de establecimientos en el distrito de Anaga respecto a los demás distritos, garantizará el servicio de forma que los usuarios estén debidamente atendidos. En cualquier caso, los usuarios de la tarjeta podrán acudir a los establecimientos de la empresa colaboradora independientemente de su distrito de residencia.

Los beneficiarios de la tarjeta tendrán los mismos derechos que cualquier otro cliente, limitando únicamente los productos excluidos, el servicio de reparto a domicilio y la compra on-line. No obstante, con el fin de dar respuesta a las personas con movilidad reducida acogidas al programa o que, por otras circunstancias, no puedan acudir a los establecimientos, recibirán gratuitamente los alimentos en su domicilio, con la única condición de que el valor de los productos representa un porcentaje importante de la cuantía mensual total, que oscilará entre mínimos del 51 y del 71%. Sólo en estos casos se permitirá el uso de la tarjeta por parte de una persona tercera, previa presentación del DNI del titular.

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