Sant Andreu del Palomar sigue, de momento sine die, con una llaga abierta en el barrio que lo separa de los vecinos de La Verneda, en el distrito de Sant Martí, y del Bon Pastor, en el de Sant Andreu.

Este muro son las vías del tren, que continúan sin soterrarse y que además de constituir una frontera arquitectónica generan ruidos a los residentes de un barrio al que se le acaba la paciencia. Otra herida abierta que no acaba de cerrar tiene una íntima relación con los trenes.

La estación de Sant Andreu Comtal está en un estado «lamentable», critica Santi Serra, presidente de la asociación de vecinos, y las obras para acabarla llevan años paralizadas.

La única mejora en la instalación para hacerla más accesible fue la colocación a principios de año de dos ascensores para bajar a los andenes que han dotado de más accesibilidad al recinto.

El distrito de Sant Andreu consiguió la colocación de los elevadores, aún sin contar con competencias. Desde la asociación de vecinos de Sant Andreu del Palomar agradecen el gesto a la regidora Laia Ortiz.

Igualmente, soportan que estos dos ascensores se estropeen cada dos por tres, a pesar de ser nuevos, y que pasen días enteros sin arreglarlos. Por todo esto, y por seguir esperando a los trenes «a la intemperie», unos 40 vecinos se encadenaron a la estación simbólicamente el pasado 24 de noviembre por cuarto año consecutivo.

Ante la inacción de la Generalitat y el Ministerio de Fomento tanto ante esta obra como ante la cobertura de las vías que haría posible ganar un parque lineal para los distritos de Sant Andreu ySant Martí, el pasado verano el Ajuntament anunció que en noviembre estaría lista una propuesta de licitación del proyecto que permitiría reactivar los trabajos.

De momento, no hay novedades al respecto. Para vecinos y viajeros, el tren de las mejoras sigue sin parar en su estación.