Según han informado hoy desde el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), todos ellos están acusados de los delitos de falsificación de moneda, hurto, robo y estafa.

Entre los detenidos se encuentra el supuesto máximo responsable de la organización, un individuo de nacionalidad rumana que residía en una urbanización de Paterna, y al que el juez de esta población envió a prisión comunicada y sin fianza el pasado viernes.

El presunto "cabecilla" de esta banda tiene abierta otra causa también por clonación de tarjetas en el mismo juzgado de la Audiencia Nacional que lleva este caso, según han destacado desde el TSJ a través de un comunicado.

En otra actuación, el pasado 14 de febrero, pasaron a disposición de los juzgados de guardia de Valencia y Torrent siete de los detenidos por estos hechos. Los cinco interrogados en Valencia fueron enviados a prisión, mientras que los dos de Torrent quedaron en libertad con obligación de comparecer ante el juzgado mientras dure la instrucción.

Un día después, otros ocho detenidos pasaron a disposición del juzgado de Instrucción número 11 de Valencia, mientras que nueve lo hicieron en el Juzgado de Instrucción número 3 de Benidorm (Alicante).

Los jueces acordaron el ingreso en prisión de 16 de los detenidos, y sólo uno de ellos quedó en libertad en Benidorm, aunque con la obligación de comparecer cada 15 días en el juzgado.

Las diversas causas abiertas en los juzgados de Valencia y Alicante se remitirán a los juzgados centrales de la Audiencia Nacional, según han confirmado fuentes del TSJ, a cuya disposición quedarán también todos los detenidos.

La operación, llamada "Pipas", supuso el arresto de casi un centenar de personas en España y de otras 26 en diferentes países europeos. La banda actuaba en todo el territorio nacional y tenía importantes ramificaciones en Rumanía, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Holanda, el Reino Unido y Turquía.

La investigación comenzó en Valencia, según aseguraron fuentes policiales la semana pasada, cuando en junio de 2007 se detectó una "célula de clonación" que operaba en la ciudad.

Sólo en España participaron 500 agentes, mientras que en el resto de países afectados actuaron 200 agentes de media, según las mismas fuentes.

La banda podría haber defraudado unos seis millones de euros, según las primeras estimaciones, y actuaba a través de tres procedimientos: la colocación de aparatos electrónicos en los cajeros, la manipulación de terminales de venta tras acordarlo con los propietarios de los comercios y el robo de los mismos.