La técnica del Banco de Tempo, Ramona Rodríguez, asegura que la cifra de 78 personas es muy positiva, porque la media de grandes ciudades como Madrid o Barcelona está entre 80 y 100 personas con el proyecto consolidado.

Aquí sólo lleva funcionado ocho meses y todos sacan partido a su ‘chequera’. Bricolaje, informática, jardinería, manualidades y estética son las actividades que más se intercambian.

La relación es casi siempre individual, llamando al que ofrece el servicio y quedando para cuando mejor convenga a ambos, pero se están empezando a crear grupos para ir a clase. Lo mejor es que se mejora la autoestima, la integración y también se realizan nuevas amistades.

La mayoría de los participantes tienen entre 25 y 50 años, y las mujeres son el 60% del total. Durante este tiempo no ha habido ningún conflicto entre participantes, que aprovechan los encuentros mensuales para conocerse un poco más.

Lo que más cuesta es empezar

La técnica del Banco y la responsable de esta iniciativa en la Federación Vecinal Eduardo Chao (986 22 30 67), Mercedes Collazo, coinciden en que lo más difícil «es arrancar». «Al principio, a todo el mundo le cuesta mucho pedir, prefiere ofrecer. Pero en cuanto entran en la dinámica, todos intercambian sus cheques. Incluso hay un grupo de señoras de O Calvario que ya se han hecho amigas y ahora realizan tertulias semanalmente», dicen.

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