Francisco Cuenca ha visitado este lunes las instalaciones de la planta, que cumple 15 años de vida, junto a un grupo de más de 50 escolares del colegio público Andrés Segovia, que resultó ganador el curso pasado de la Liga de Reciclaje Aceitina. Ha incidido en la apuesta del equipo de gobierno local que preside por "invertir en garantizar la prolongación del funcionamiento de la planta, cuya vida útil en principio se había fijado en diez años".

"Podía haber terminado el año pasado, pero decidimos actualizar, mejorar y renovar los sistemas de funcionamiento, en este caso el motor", ha explicado Cuenca.

"Hoy, un año después, podemos decir que aquella decisión fue todo un éxito ya que nos ha permitido ahorrar tres millones de kilowatios de energía que, haciendo una comparación, podría dar suministro eléctrico a más de 20.000 habitantes de esta ciudad, y es una energía que hemos obtenido a través de los gases que generan estos residuos", ha agregado.

La planta de biogás ofrece también un programa educativo por el que más de mil escolares de los colegios de Granada comprueban cada año el funcionamiento de las instalaciones medioambientales y participan en actividades relacionadas con la energía renovable.

"Al igual que vienen de las universidades de Alemania y Estados Unidos a comprobar cómo aquí se está haciendo un modelo de gestión eficiente, que no sólo supone un ahorro económico, sino que se muestra como una fórmula eficaz de cuidar nuestra calidad del aire y el tratamiento de los residuos", ha explicado el alcalde, en relación a las últimas visitas a la planta de alumnos de universidades como las de Kassel o Iowa.

Según los datos registrados por Inagra, responsable de la gestión de la instalación, en sus 15 años de funcionamiento, se han extraído en consecuencia 43,7 millones de metros cúbicos de metano que, tras ser quemados en el motor, han permitido verter a la red eléctrica esos 45,7 millones de kilowatios por hora.

Ubicada en el antiguo vertedero de Víznar, se ejecutó gracias a la subvención europea de casi un millón de euros procedentes de los Fondos de Cohesión, lo que permitió poner a Granada a la cabeza de las capitales andaluzas que han articulado una solución ecológica y responsable al problema de los vertederos.