Jesús Calleja está en el Campo Cólera, un refugio situado a 6.000 metros de altura, en la ladera del Aconcagua, una montaña de 6.962 metros de altura en la cordillera de los Andes y desde allí habla por satélite con 20minutos.es. Hoy mismo está previsto que ataquen la cumbre.

Calleja es el presentador y aventurero de Desafío extremo (Cuatro, 21.35 h) un programa que muestra en primera persona las aventuras de un aguerrido equipo de hombres.

¿Cuáles son las condiciones ahora mismo?

Estamos a unos 6.000 metros, aclimatándonos a la altura, con mal tiempo y una sensación térmica de 38 grados bajo cero. Si mejora el tiempo mañana (por hoy) atacaremos la cumbre.

¿Y merece la pena eso para grabar un programa?

Claro. Además, la culpa la tengo yo (risas) porque hago esto por placer. El programa nos ayuda a financiar estos proyectos.

Y es cómo una ventana al mundo...

Es un programa diferente porque cuentas una aventura y se la llevas a gente que nunca la podrá hacer. Mostramos lo bestialmente hermoso que es el planeta.

Pero casi lo hacen lo más normal del mundo...

No queremos demostrar que somos unas máquinas, sino contarlo todo de una forma natural, sin maquillaje.

Es bonito ver todo lo que rodea a una aventura...

Para nosotros el 70% de la aventura se produce antes de hacerla. Conocer las tribus locales, hacer amigos por todo el mundo, intercambiar culturas y costumbres o divertirnos con ellos.

¿Cuál ha sido el peor momento?

Pues creo que ahora mismo, porque tenemos mucha incertidumbre, en estas condiciones te desgastas muy rápido. Estamos en un momento crítico y si no podemos avanzar nos mandarán para abajo.

Supongo que verá poco la tele.

La verdad es que poca, porque tenemos programadas las expediciones de forma que podemos estar fuera hasta 9 meses. Eso sí cuando la veo siempre veo Cuatro (risas).

¿Y no descansan entre un reto y otro?

Las temporadas de las montañas están muy marcadas y son muy radicales y hay que aprovecharlas, pero antes de ir al Polo Norte tenemos un mes de descanso.

¿Y esto se hace por valentía o por cabezonería?

Es una forma de vivir. De pequeño se te cuela en la cabeza y luego no entiendes otra forma de vida. Hay riesgos, imprevistos, pero los minimizamos con la preparación, la prudencia y la experiencia.

¿No serán un poco masoquistas?

(Risas) Para nada. Ahora mismo, estoy a 6.000 metros y a -38 grados, pero se está poniendo el sol y estoy viendo medio planeta teñirse de rojo en medio de un silencio total. Eso no lo cambio por nada.

¿Cuáles son los próximos retos?

Vamos a ir al Polo Norte, a convivir con una tribu de Siberia, a nadar con tiburones blancos...

¿Qué tal lleva la faceta de presentador?

Es una experiencia que no tenía y es divertido porque no resulta complicado. Se trata de contar delante de una cámara lo que hacemos, sin más, no hay que fingir nada.

¿Cómo surgió el proyecto?

Pues como un lujo que ocurre una vez en la vida. Hay gente mucho mejor que yo en la montaña, pero a lo mejor me han elegido por mi forma de ser, por mi forma de comunicarme.

Escalador leonés de 42 años, comenzó su afición por la aventura cuando sólo tenía 13. Corredor de Rallys, submarinista... asegura que no tiene ninguna afición normal, pero reconoce que se le dan fatal los deportes de pelota.