Rivera, partidario de "actualizar" la Constitución, advierte de que "los grandes problemas de España" no son culpa suya

  • El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, se ha mostrado partidario de "actualizar" la Constitución durante su participación en Escuela de Otoño de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) y el diario La Razón, pero ha advertido de que "los grandes problemas de España" no son culpa de la Carta Magna.

Rivera ha subrayado que el paro es "el primer problema" y la corrupción, "el segundo", los cuales "no tienen que ver con la Constitución", si bien se ha mostrado favorable a "actualizar" el texto constitucional, pero ha puntualizado que no lo intentará hacer "contra una parte de España".

En todo caso, ahora no sería posible por "falta de mayorías amplias", porque el PP no quiere reformarla, el PSOE plantea "una nación de naciones" y Podemos hacer una nueva, mientras los nacionalistas "quieren cargarse España".

Rivera ha señalado que para afrontar cambios en la Carta Magna hay que tener en cuenta "lo que no ha funcionado, sin caer en tremendismos ni en populismos", de un texto constitucional que considera es "uno de las mejores del mundo".

Según el líder de la formación naranja, la igualdad entre españoles "debe mejorarse en favor de un estado descentralizado y no fragmentado", al hilo de lo cual ha puesto como ejemplo que no haya una tarjeta sanitaria única y que se hable de "desplazados" cuando se ciudadanos de una comunidad se trasladan a otra.

Otro ejemplo ofrecido por Rivera es el de los funcionarios, porque "no tiene sentido que no se puedan desplazar" de una comunidad a otra y se haya creado "una especie de Frankenstein", además del caso de las competencias educativas, de las que ha dicho son compartidas a pesar que el Estado ha hecho "omisión" de sus derechos.

En cualquier caso, el líder de Cs ha propuesto, para cambiar la Constitución, un "acuerdo entre constitucionalistas", pero "no con los que quieren liquidar tu país", al tiempo que ha apuntado algunas medidas que incluiría en una hipotética reforma, como la supresión de aforamientos.

Otra sería, a su juicio, adoptar una decisión sobre el Senado, del que ha abogado por reformar o cerrar, pues "no tiene competencias exclusivas" y es utilizado "con intereses partidistas".

Por último, ha abogado por una reforma electoral para que no favorezca a los partidos nacionalistas, ya que "así deciden sobre una moción de censura o los Presupuestos", por lo que es partidario de "fijar un límite del tres por ciento para que entren en el Parlamento", de manera que necesiten "sacar votos en toda España".

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