El célebre emperador francés Napoleón Bonaparte (1769-1821) no murió envenenado con arsénico, según anunció el lunes el Instituto Italiano de Física Nuclear tras analizar muestras de sus cabellos y de sus familiares con aparatos nucleares.
Estos mechones de cabellos, recortados en diferentes momentos de la vida del emperador francés junto a otros de su primera esposa, Josefina, y de su hijo, Napoleón II; fueron introducidos en un pequeño reactor nuclear que se emplea en la investigación científica. También examinaron cabellos de personas "actualmente vivas" para así comparar valores claves.
"Los cabellos del emperador y sus coetáneos registran un nivel de arsénico alto, que sería considerado tóxico hoy en día, pero que en realidad era igual al descubierto en otras personas que vivieron en esa misma época. Se trataba de un índice habitual", recalcaron los investigadores.
Para los investigadores Napoleón no fue objeto de "un envenamiento" sino que "absorbió de manera constante arsénico" como otras personas de la época. Los físicos descartan que fuera envenenado por alguien lentamente.
Numerosos estudios han sido realizados en los últimos años para explicar la muerte del emperador. Para algunos, Napoleón murió por un cáncer en el estómago. Otros habían hablado de envenenamiento.
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