El 27% de los padres de alumnos catalanes creen que no podrán pagarles los estudios o el refuerzo escolar

  • Un 40% de las familias no están satisfechas con la información y el acompañamiento escolar a sus hijos, según el segundo Edubaròmetre de la Fundació Bofill.
  • Los padres con menos estudios o con hijos en riesgo de fracaso escolar son los que exigen una mayor orientación y tutorización por parte de los profesores.
Jornada con escolares de ESO.
Jornada con escolares de ESO.
EUROPA PRESS/JUNTA
Jornada con escolares de ESO.

Un 27% de los padres y madres de niños catalanes en la escuela obligatoria temen no contar con los suficientes recursos económicos para ayudar a sus hijos en los estudios. En el caso de las familias cuyos hijos no van bien en clase, el porcentaje de padres preocupados por no poder costearles la educación se eleva al 34%.

Esta es una de las principales conclusiones del segundo Edubaròmetre de la Fundació Jaume Bofill, que ha entrevistado a 9.794 padres y madres de menores de entre 1 y 18 años de Cataluña entre los meses de marzo y junio de este año. "Lo que demuestra es que el dinero puede llegar a ser un problema para un porcentaje de familias que temen no poder pagar a sus hijos unos buenos estudios, no poder asegurarles una trayectoria académica exitosa o no poder sufragar el apoyo escolar que precisen", ha explicado este miércoles Mònica Nadal, directora del área de Recerca de la fundación.  

A menor nivel de estudios de los padres, más sensación de desinformación

Dos de cada cinco familias (40%) desearían que el centro escolar les diese más información y les proporcionase un mayor acompañamiento en la evolución académica de sus hijos. Y son los padres y madres con menos estudios o con hijos en peligro de fracaso escolar los que exigen una mayor orientación y tutorización por parte de los profesores, según los resultados de esta encuesta.

El 49,7% de los padres con poca formación, es decir, que pasaron por el fracaso escolar, únicamente con estudios primarios o que no acabaron la EGB, afirman que no tienen suficiente información sobre cómo ayudar a sus hijos con los estudios y la puntúan con un 4,5 (un suspenso alto).

En cambio, el 19,8% de las familias con estudios superiores se encuentran más satisfechas con la información con la que cuentan, porque "normalmente ya la tienen incorporada previamente", ha afirmado el director de la fundación, Ismael Palacín.

En cuanto a los hijos que no tienen buen rendimiento académico, un 43,6% de los padres se sienten "mal informados" sobre cómo ayudarles y  un 37% se ven "insuficientemente informados" sobre qué estudiarán sus hijos durante el curso.

A pesar de que un 88,8% de las familias preguntadas aseguran haber tenido contacto con el tutor de sus hijos a lo largo del curso, hay un 10,7% de padres y madres que afirman no conocer personalmente al tutor o no haber hablado nunca de su hijo con él.

Al mismo tiempo, las familias con hijos en riesgo de fracaso escolar no contactan más con los tutores que en el caso de las de los alumnos con un buen desempeño. Un 46,3% de las primeras habla con los maestros cuando es necesario y el 39,5% puntualmente. En los estudiantes con buen expediente,  un 51,6% de padres tienen siempre disponible al tutor y un 36,9% ocasionalmente.

Para los autores del estudio, "no parece que los centros educativos estén transmitiendo una mayor disponibilidad para las familias que podrían necesitar más apoyo para acompañar a sus hijos", a tenor de los datos.

Padres y madres más críticos con los tutores en la ESO

A medida que los hijos son mayores, cuando acceden a la ESO, las valoraciones de las familias respecto a la tutorización tienden, asimismo, a empeorar. Los padres, en la ESO, se muestran más críticos con cómo el centro acompaña a los alumnos y sobre la capacidad de los maestros para atender las necesidades de los estudiantes.

Por etapas escolares, el 64,6% de los padres con hijos en Infantil se citan con el tutor siempre que lo necesitan, reduciéndose el porcentaje al 54,9% en Primaria y al 41,6% en la ESO. A pesar de que el 85,4% de las familias de la ESO han contactado con el tutor, los encuentros tienden a espaciarse: el 43,8% ha hablado con el maestro alguna vez y el 41,6% solo cuando lo ha necesitado.

La relación con el tutor es más infrecuente aún en los estudios postobligatorios. En Bachillerato, el 63,3% de las familias se ha visto en alguna ocasión con tutor pero solo el 27,9% lo han hecho siempre que ha sido necesario. En los ciclos formativos, un 40,5% de padres y madres no han hablado de su hijo con su tutor.

Sistema escolar "en transición"

Para Palacín, esto pone de manifiesto que se está en un momento de "transición del sistema escolar de ser solo un instrumento para conseguir el derecho a la educación a cubrir el derecho al aprendizaje". El concepto de aprendizaje incluye la atención personalizada y la tutorización de los alumnos.

Dentro de este cambio de paradigma, se está "redefiniendo" tanto el derecho a la educación como las expectativas de "éxito" académico por parte de las familias, que se ha visto incrementada, ha añadido Palacín, que ha remarcado que los resultados de esta encuesta demuestran la necesidad de potenciar la figura del tutor y el rol de acompañamiento en todas las escuelas e institutos catalanes."La tutorización no debería verse como un plus", ha insistido Palacín. "Si antes, atender a la diversidad era la excepción, ahora debería entenderse como la norma", ha añadido.

Apoyo a más formación del docente

Las recomendaciones de los expertos  del Programa de Millora i Innovació en la Formació de Mestres (MIF) que apuestan por estudios de Magisterio de cinco años, con un máster obligatorio y prácticas en el centro fueron muy bien recibidas ayer por el director de la Fundació Jaume Bofill, Ismael Palacín, que resaltó la fuerte vinculación de la formación con prácticas en las escuelas: «En el trabajo  hay técnica, pero también oficio», y una supervisión durante los primeros años de ejercicio puede ser «determinante».

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