La Confederación Hidrográfica del Duero estudia posibles sanciones por el mal estado de las aguas del río Pirón a su paso por Íscar, según fuentes del organismo. Los técnicos ya saben que se trata de vertidos agroalimentarios y urbanos procedentes de Chañe y Sanchonuño, en Segovia, a través del arroyo Jaramiel. La situación se agravó por el bajo caudal del río y la apertura de la presa que, al mover el lodo, aumentó el mal olor.
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