Desde la desaparición de Amy y Mari Luz, «han aumentado las denuncias de intentos de secuestro, que finalmente han sido falsas alarmas», indicó ayer el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López. Los casos de la joven irlandesa de 15 años, de la que se perdió el rastro el 1 de enero en Mijas (Málaga), y de la niña de cinco años de Huelva, de la que no hay noticias desde el 13 de enero, «llaman mucho la atención y producen un cierto trauma», pero no hay que «personalizar» las desapariciones, «aunque desgarren a la sociedad». El delegado se refirió a este aumento de denuncias al comentar un suceso vivido en Guadalcázar (Córdoba) el lunes. Cinco ciudadanos rumanos fueron víctimas de un intento de linchamiento por unos 20 familiares de un niño de 11 años, que temió ser raptado por los inmigrantes. Uno de los rumanos ha presentado denuncia. Pistas y anonimato La familia de Mari Luz ofreció ayer una recompensa de 150.000 euros (todos sus bienes) a quien aporte pistas fiables sobre el paradero de la niña. López pide ayuda para localizar un coche sospechoso y asegura que se garantizará el anonimato.