David ha conseguido un puesto de reponedor en una conocida gran superficie de artículos deportivos. Tras un periodo inicial en el que tenía un supervisor, en la actualidad es completamente autónomo. «Sabe perfectamente cuál es su cometido.
Repone cestas, amontona chaquetas, y no tiene a ningún jefe encima», cuenta Sergio. «En un principio parecía complicada su inserción, pero con un mediador laboral ha logrado un contrato indefinido, como cualquier trabajador». Álex, en cambio, lleva años en el Ayuntamiento de Torrent como administrativo.
El cambio ha sido espectacular: en 1994 no había ningún joven de estas características trabajando, y hoy son 56. Las empresas van tomando conciencia.
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