Según la patronal ilicitana de AETE -Asociación de Empresas Turísticas de Elche-, ese resultado sigue la tendencia que caracteriza esta temporada estival. "Se trata de un buen registro, pero que no llega al anotado el pasado año en las mismas fechas", han enfatizado.

A pesar de la caída interanual de la ocupación en julio, la evolución de la demanda de los alojamientos ilicitanos está siendo menos desfavorable que la del conjunto de la provincia y del Estado, donde la caída ha superado ligeramente un punto porcentual, según datos de junio ofrecidos por el INE.

En la evolución de la demanda hotelera ilicitana confluyen "factores positivos" como la mayor llegada de turistas internacionales, cuyo número se mantiene en tasas de crecimiento y que se refleja en las llegadas de viajeros al aeropuerto de Alicante-Elche, cuyo primer semestre se ha saldado con una subida del 2% a pesar de la caída del turismo británico.

No obstante, se han evidenciado factores desfavorables como el descenso de la estancia media y el impacto del alojamiento en viviendas de uso turístico no regladas, "que operan al margen de la Ley y, además de ejercer una competencia desleal, deterioran la imagen del destino".

A pesar de todo, el dato de ocupación acumulado de enero a julio se ha situado en el 69,9%, más de un punto porcentual por encima el registrado en el mismo periodo de 2017, "un diferencial positivo que se va reduciendo a medida que avanza el año".

"En este contexto, resulta imprescindible reforzar la promoción en los mercados nacionales e internacionales, con el objetivo de competir de manera eficiente con otras ofertas, así como incrementar las actuaciones para la eliminación del intrusismo en el sector alojamiento". indican.