Según han informado fuentes judiciales, primero se ponía en preaviso a los alumnos, después se les daba un mapa de la zona y tras esto se les pedía que empezaran la prueba de orientación, que empezaba a cronometrarse una vez cruzada la acera y que se desarrollaba en un bosque cercano al centro escolar.
Así, esta testigo considera que cuando el profesor se dirigió a la víctima podría haber sido en relación a la primera orden para que estuviera atenta ya que en breve le iba a tocar a ella.
Además, la testigo no escuchó la bocina del taxi que atropelló a la niña el 26 de abril durante el transcurso de la prueba.
Estos dos puntos contradicen la versión de otros dos alumnos que declararon que sí habían escuchado el claxon del vehículo y que dijeron que el profesor le dio a la niña la orden de salida antes de ser atropellada.
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