Entidades sociales catalanas reclaman un modelo más ágil para afrontar una pobreza "más severa y profunda"

  • Han abogado por un sistema de ayudas y prestaciones más sencillo y menos lento.
  • También han exigido apoyos específicos para las mujeres.
Un hombre pidiendo limosna en la puerta de una iglesia.
Un hombre pidiendo limosna en la puerta de una iglesia.
EUROPA PRESS - Archivo
Un hombre pidiendo limosna en la puerta de una iglesia.

Entitats Catalanes d'Acció Social (Ecas) ha reclamado este miércoles un modelo de protección social más ágil para hacer frente a una pobreza que, pese a finalizar los momentos más duros de la crisis económica, "se ha diversificado, es más severa y profunda", con un fuerte impacto en las mujeres y las familias monoparentales.

En la presentación del informe Insocat 'Les veus de la pobresa des de dins', la presidenta de Ecas, Sònia Fuertes, ha abogado por un sistema de ayudas y prestaciones más sencillo y menos lento y no "medio kafkiano, de no saber dónde remitirse".

Ha remarcado que es necesario un cambio de mirada en el modelo, y ha advertido de que "atender las necesidades de hoy, no es las de mañana", por lo que ve necesario mayor prevención, una aproximación más comunitaria y otro modelo económico, además de rehuir de iniciativas de carácter asistencialista.

La vocal de Pobreza de Ecas, Teresa Crespo, ha subrayado la diversificación de la pobreza, y ha remarcado que ésta no se trata de "un momento, sino un proceso" del que cada vez es más difícil salir.

Ha remarcado que el sistema de protección "no ha sido capaz de adaptarse" a las nuevas realidades, siendo muy paliativo y poco preventivo, y ha abogado por un cambio de mirada en las políticas sociales centrada en los derechos de las personas.

Pobreza multifactorial

El informe cualitativo 'Les veus de la pobresa des de dins', que ha contado con una quincena de entrevistas, refleja que la pobreza es multidimensional y multifactorial, y que los colectivos donde está teniendo más impacto es en las mujeres y las familias monoparentales, la mayoría con hijos dependientes de mujeres.

El 24,2% de los hogares con hijos dependientes en 2017 tiene riesgo de pobreza, que se sitúa en el 15,6% en los hogares sin hijos dependientes, sin embargo estos porcentajes suben en los monoparentales, con un 35,3%, pese a descender del 43,3% de hace cuatro años, unas cifras que muestran una situación de "cronificación", ha asegurado el autor del estudio, Eloi Ribé.

El investigador ha asegurado que en las familias se están produciendo situaciones de "mucha angustia" por la inseguridad alimentaria y el temor a la transmisión intergeneracional de la pobreza, que es perniciosa para niños y jóvenes que crecen en ella.

Ribé ha señalado que el informe constata "el final del binomio trabajo-bienestar", ya que señala que entre 2013 y 2017 ha crecido la tasa de riesgo de pobreza entre las personas ocupadas y los parados: entre los que tienen trabajo, ha pasado del 14,1% al 15,3%, y entre los desempleados, del 52% al 59,3%.

El informe sostiene que la cronificación de la pobreza deriva en situaciones de vivienda irregulares y forzosas, que tienen un impacto en la salud física y mental.

Desigualdad de género

La directora de la Fundació Surt, Sira Vilardell, ha remarcado que las mujeres sufren "una de las peores caras" de la pobreza, y que la feminización de ésta crece diariamente ligada a una desigualdad estructural de género.

Ha sostenido que el mercado de trabajo precariza a la mujer, con una mayoría de los contratos temporales y de horario parciales, lo que después tiene un impacto en las pensiones, donde se produce una "brecha" de género.

Vilardell ha remarcado que por ello un nuevo modelo de prestaciones necesita de apoyos específicos para las mujeres en esa situación, medidas de conciliación laboral más equitativas, para lo que es vital un análisis previo de las realidades existentes.

La responsable de los programas Laris y Proinfant, Nausica Castelló, ha incidido en que la pobreza tiene rostro de mujer, que su inserción laboral es más difícil y que no disponer de una tranquilidad suficiente afecta las necesidades materiales y emocionales de los menores a cargo.

Ha afirmado que crecer en un hogar con pobreza tiene efectos en los niños y puede impactar en el resto de sus etapas de crecimiento, y ha abogado porque el modelo de prestaciones sea libre de estigma y la sociedad no "revictimice" a la mujer por pedir ayudas.

Revisar ayudas

Castelló ha señalado que se deben revisar todas las ayudas porque son insuficientes, y ha incidido en un cambio en las políticas laborales, con una flexibilización de horarios para adaptarse a las realidades porque es inadmisible que para las empresas las mujeres con hijos puedan ser "una carga".

Uno de los participantes en el estudio cualitativo, Roberto Martínez, ha criticado que el sistema "es un desastre de arriba a abajo", y ha reprochado que la precariedad no se esté solucionando.

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