Fuentes de la Archidiócesis de Zaragoza han informado a Europa Press de que el agua entró en la Basílica desde la plaza del Pilar, dado que "solo hay tres sumideros y no daban abasto para el agua que caía".

De este modo, hubo una "pequeña inundación" en la Santa Capilla y la cripta, si bien el Altar Mayor no se vio afectado en ningún momento y continuó abierto al culto toda la tarde hasta el cierre del templo.

Una vez achicada el agua, se procedió a limpiar la zona y este jueves "se ha abierto con normalidad". "No hay más daños, solo la molestia de tener que achicar agua y de limpiar, pero no se han producido daños patrimoniales", han recalcado las citadas fuentes.

Desde la Archidiócesis han precisado que no se han producido filtraciones de agua y "el sistema de canaletas funcionó perfectamente", por lo que la pequeña inundación se debió únicamente al agua que entró a la Basílica desde la calle.