También del domicilio de Fernández, en Sárdoma (Vigo), los guardias se incautaron de documentación. El detenido salió en un monovolumen y saludó a los amigos que esperaban para darle ánimos. Su mujer ha explicado que la labor que desempeñaban ella y su marido en los últimos años consistía en ir a visitar a presos de la banda dispersos por España, y ha afirmado que esa dedicación «no la va a cambiar nadie». Los dos detenidos fueron trasladados a Madrid para prestar declaración en la Audiencia Nacional. Se les acusa de financiar el grupo y de labores de propaganda. Se cree que pretendían formar un operativo.
Hijo de guardia civil
Los dos detenidos y sus familiares más allegados pertenecen a la asociación de apoyo a los presos del Grapo Socorro Rojo Internacional, ilegalizada por la Audiencia Nacional. Carlos Cela es su responsable. Hijo y nieto de guardias civiles, es el dueño del bar Faluya (Orzán, 75). Su madre, Josefa Seoane, calificó de «abuso de poder» su arresto y dijo que los agentes actuaron «como los hombres de Harrison, a patadas». Por su parte, José Luis Fernández recibió un tiro en la espalda que lo dejó paralítico en un enfrentamiento con la Guardia Civil en el 80. Cumplió tres años de prisión.
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