En un comunicado, el Colegio de Podólogos de la Comunidad foral ha destacado que con el buen tiempo y las vacaciones, el Camino de Santiago es "una de las actividades al aire libre que aumenta en estas fechas y en la que los pies son los grandes protagonistas". Por ello, ha querido ofrecer una serie de recomendaciones para "preparar los pies de los peregrinos antes de las largas marchas y cuidarlos durante y después de las mismas".

En este sentido, el presidente del Colegio de Podólogos de Navarra, Luis Ángel Arigita, lleva varios años colaborando en un proyecto de prácticas de la Universidad Miguel Hernández, de Elche. Arigita ha estado en Astorga y Ponferrada como tutor de los alumnos en verano y atendiendo peregrinos en los albergues.

Según señala, "los pies constituyen una de las partes del cuerpo que más sufre durante las largas marchas del Camino de Santiago debido a que se someten a esfuerzos poco habituales", por lo que "es importante tener en cuenta ciertas prácticas, tanto antes como durante y después de las rutas".

En concreto, el Colegio Oficial de Podólogos de Navarra aconseja acudir a la consulta de un profesional de la Podología debidamente titulado y colegiado ante cualquier duda para prevenir lesiones y especialmente en caso de dolencias previas como exceso de sudoración, hongos o helomas.

Entrenar previamente en función de las etapas programadas; utilizar botas de trekking o de montaña y calcetines habituales, no nuevos; y cortar las uñas ajustándose a la forma de las mismas y sin dejar picos, son otras de las recomendaciones de los especialistas.

Asimismo, es aconsejable controlar el peso de la mochila, que nunca debe exceder del 10% del peso de la persona; hidratar los pies con crema la noche previa a la marcha; evitar lavar los pies con agua caliente antes de la ruta ya que favorece la aparición de ampollas y proteger los roces, si los hubiera, con apósitos. También se debe ajustar adecuadamente el calzado y el calcetín.

Durante la marcha, los podólogos navarros aconsejan caminar de forma relajada; usar bastones para tener más estabilidad; y descansar entre 5 y 10 minutos cada hora.

Ya al finalizar el día, se deben lavar y revisar bien los pies tras un secado minucioso para poder detectar posibles alteraciones y realizar estiramientos de la musculatura de los pies, ponerlos en alto y volver a aplicar crema hidratante. Los pies pueden recuperarse del esfuerzo en una sola noche.