Los hechos sucedieron a media mañana, cuando en las labores de control del puesto fronterizo los agentes identificaron en la zona de facturación a un ciudadano que pretendía coger un vuelo, el cual se identificó con la exhibición de un pasaporte de Bulgaria.

A primera vista, los policías se percataron de la diferencias entre la fotografía y su portador, tras comprobar que no se trataba de un documento falsificado confirmaron que el pasaporte había sido denunciado como sustraído en Bulgaria.

Así, solicitaron a la empresa de traducción concertada un intérprete telefónico de búlgaro para que el ciudadano diera explicaciones sobre el detalle de su documento y tras una breve conversación se les informó de que esta persona ni entendía ni hablaba el idioma, tras lo que pudieron confirmar que era de origen iraní.

Entre las funciones de los agentes del Grupo de Fronteras del Aeropuerto de Granada están las relativas al control de entrada y salida de españoles y extranjeros en el territorio nacional.

Poseen una continua y específica formación en materia de extranjería y además cuentan con la última tecnología en medios de detección de documentos falsos. Esta persona fue detenida y puesta a disposición judicial por estos hechos.