Este miércoles, Alberto Chicote se pone a los mandos de Pesadilla en la cocina para visitar La Casuca, un restaurante de Móstoles (Madrid) en el que el mal trato de sus dueños a los clientes sorprende al chef.

En el establecimiento los camareros llegan al servicio tarde, la comida se sirve en un dudoso estado e incluso con un trozo de plástico, como le sucede a un comensal durante el programa.

Además de la poca calidad de la comida, Chicote descubre que, ante las quejas de los clientes, la dueña de La Casuca les falta al respeto. "Si no quiere seguir esperando, lo mejor que puede hacer es marcharse", le suelta la jefa del restaurante a un comensal que se quejaba del tiempo de espera.

"Lo que acabas de hacer es de puta vergüenza", estalla Chicote ante la falta de tacto de los responsables.