El 46% de las personas que la fundación Arrels encuestó durante el recuento de personas sin hogar en Barcelona a principios del mes de junio aseguran que no han sido atendidas por ningún trabajador social los últimos seis meses. Un 20% más no lo saben o no han querido contestar. Son algunos de los datos de una muestra que también pone de manifiesto la vulnerabilidad que sufre el colectivo, puesto que el 71% de las personas encuestadas se encuentran precisamente en situación de vulnerabilidad elevada o media.
Además, el 59,8% de los encuestados hace un año o más que vive en la calle y hasta un 41% reconoce tener problemas de salud física. Además, 3 de cada 10 afirman haber sido víctimas de violencia física o verbal, y en el caso de las personas más vulnerables, el riesgo llega a 7 de cada 10.
De las personas encuestadas (315 de las 956 fueron contabilizadas la noche del 5 al 6 de junio), el 82% son hombres y el 10% mujeres, un 8% restante se considera otros. La media de edad es de 43,7 años. Un 26% tiene nacionalidad española, el 40,3 son comunitarios y el 27%, extracomunitarios.
Del 71% de personas más vulnerables, el 53% necesita una intervención social desde los servicios especializados y un 18% más requiere una intervención social prioritaria. Estas cifras son similares a los datos obtenidos durante 2016 y 2017.
Como media, las personas entrevistadas hace 3 años y 4 meses que viven en la calle, y solo un 37,4% están empadronadas en Barcelona, cinco puntos menos que en 2017. En un 66% de los casos no tienen ningún tipo de ingreso, ni de prestaciones sociales ni de herencias ni de trabajo en negro. El 14% no se pueden hacer cargo de las necesidades básicas.
Entre los datos de la encuesta también destaca que del 16% de las personas entrevistadas, el consumo de alcohol o droga ha dificultado su permanencia en un alojamiento o ha sido el motivo por el cual la persona ha tenido que dejar el alojamiento.
El número de personas con tarjeta sanitaria ha bajado este año, y solo el 44% de los encuestados reconocen tenerla, mientras que el 50% de las personas entrevistadas el año pasado si disponía de una. El 29,5% ha requerido atención médica a urgencias y el 17,7% ha sido ingresada en el hospital. Un 15,5% más afirma que ha necesitado una ambulancia. El 54,4% de las personas que sufren un grado de vulnerabilidad más elevada han hecho uso en los últimos seis meses de las urgencias médicas de hospitales, han sido ingresadas o han necesitado una ambulancia. Este año, la fundación Arrels también localizó a dos mujeres embarazadas viviendo en la calle.
En cuanto a las agresiones, el 30,4% ha sido víctima de agresiones físicas o verbales, una cifra que se dispara hasta el 71,9% en las personas con un grado más grande de vulnerabilidad. El 19.5% de las personas entrevistadas afirma tener causas legales pendientes con la justicia y el 15,8% dice haber sido retenida en algún momento en la comisaría.
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