Al menos una docena de personas murieron, entre ellas cinco civiles, en diversos ataques atribuidos a la insurgencia talibán en el sur de Afganistán, según informaron el domingo fuentes oficiales.

El viceportavoz del gobernador provincial, Mohamed Daud, indicó que los civiles perdieron la vida al estallar un artefacto al paso de una furgoneta en la provincia de Kandahar, en el sur del país. El explosivo estaba enterrado en una carretera principal que conecta el distrito de Panjwayi, en el oeste de Kandahar, con la capital afgana.

La deflagración alcanzó a la furgoneta de pasajeros y mató a cinco personas, entre ellas una mujer y un niño, explicó Daud. En otro de los ataques, un grupo de insurgentes asaltó un convoy que llevaba materiales de construcción a una base de la OTAN, que comanda la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), en la provincia de Helmand, vecina de Kandahar.

Qari Yousif Ahmadi, se responsabiliza del ataque

En la emboscada murieron seis personas, cuatro conductores y dos guardias de seguridad. Además, el director de la comisión de paz y reconciliación de la provincia de Zabul, Abdul Qayoum Mujadeddi, fue muerto a tiros en el curso de otra acción armada dirigida contra él cuando viajaba por una carretera en compañía de un conductor y de un guardia de seguridad.

El portavoz del funcionario afgano fallecido confirmó el hallazgo del cuerpo sin vida de Qayoum y dio como desaparecidos a sus dos acompañantes. Por su parte, el portavoz talibán, Qari Yousif Ahmadi, se responsabilizó de los ataques que atribuyó a miembros de su grupo.