El proceso comienza con una llamada de un asistente social del Ayuntamiento o de la Junta. Ellos certifican que esa persona o su familia carecen de recursos para costear el entierro.

Nevasa corre con todos los gastos, «los mismos que los de un entierro normal», indican desde la empresa. El coste de un enterramiento es de 1.064 euros, e incluye el ataúd, el traslado en coche fúnebre, el sudario y el certificado médico.

«Se utiliza un féretro estándar, el mismo que escoge el 60% de las personas a las que se da sepultura en Valladolid», precisan desde la sociedad pública Nevasa.

Todos los indigentes reciben sepultura en una zona de nichos comunes, ninguno es incinerado.

En Valladolid hay 130 indigentes

En Valladolid hay de forma regular una media de 130 indigentes, según los datos que maneja Cáritas. Duermen en el albergue municipal o como okupas en infraviviendas. Llegaron a esta situación abocados por penurias económicas. Muchos de ellos cobran pensiones mínimas. Un dato llamativo es que el 40% de los sin techo de la capital son extranjeros. Su perfil es el de un hombre entre 40 y 50 años, aunque empieza a haber más mujeres.