Terrazas llenas, calles a rebosar de gente... y, sin embargo, la mayoría de los pequeños comercios del entorno de Sol permanecieron ayer cerrados. Aparte de las grandes superficies, apenas una decena de tiendas aprovechó la reciente declaración del barrio como zona de gran afluencia turística, que les permite abrir todos los domingos del año y que entró en vigor, de manera efectiva, el fin de semana pasado (los dos primeros domingos del año fueron comerciales en toda la región).
Las grandes superficies fueron las más beneficiadas por esta medida, aunque las pocas tiendas pequeñas que se animaron a abrir aplaudían la iniciativa.
"Los domingos viene más gente, ya que aprovechan que ese día no trabajan", explicaba ayer Estefany Rodríguez, dependienta de una tienda de moda cercana a Preciados.
A pesar de ello, muchas tiendas permanecían cerradas, incluso grandes cadenas, como H&M, Zara o Bershka. "Hay domingos muy buenos, pero hay otros en los que no se llegan a cubrir los gastos mínimos que se generan por tener la tienda abierta", confesaba Margarita López, al frente de una zapatería de la calle Mayor.
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