Tras verificar el riesgo que suponen las denominadas baldosas pododáctiles, que han originado, además, que algunos vecinos hayan interpuesto reclamaciones en el Consistorio por daños, los técnicos han ideado varios sistemas para minimizar el riesgo de patinazos.

En primer lugar, ya están aplicando una pátina especial, similar a la que se empleó en la pasarela Zubi Zuri, que hace que el zapato se agarre mejor a la superficie.

El problema de este barniz es que termina por desaparecer pasado un tiempo, tal y como han constando los vecinos de barrios, como el de Uribarri, uno de los más afectados por estas baldosas.

Otras de las medidas pasa por agujerear, a base de taladro, los pequeños bultos que sobresalen de las baldosas, lo que modifica la superficie de la acera y mejora el agarre de los zapatos. Sin embargo, el mejor de los métodos, al menos de momento, es el de achatar los bultos que sobresalen de las baldosas.

Así, en lugar de terminar en forma redondeada, se convierten en planos, con una mayor superficie de agarre y, por tanto, con menor riesgo de resbalón. Este sistema, de hecho, es el que se está utilizando ya con las baldosas que se colocan en las aceras nuevas de la ciudad.

El problema no es baladí y tampoco ha sucedido sólo en Bilbao. Vitoria y San Sebastián se han encontrado con la misma dificultad, lo que también les ha llevado a buscar soluciones. Los vecinos lo agradecerán.

Mejor información en el metro

Los ciegos no tienen forma de conocer el destino de los trenes del metro cuando están en el tronco común de Bilbao; es decir, no pueden saber si pasa la línea 1, con destino a Plentzia o la 2, a Portugalete. Por ello, la ONCE ha planteado esta cuestión a Metro Bilbao, aunque la empresa todavía no ha decidido qué hacer. El colectivo pretende que se coloque un sistema de información junto a las máquinas canceladoras, que indique mediante una voz la parada final del tren.