La formación nacionalista Cerna ha retado a "todas" las organizaciones políticas que conforman En Marea a "disolverse" en favor de la participación de las personas a título individual en el proyecto rupturista para, de este modo, dejar de lado las "posiciones partidistas" y "cumplir" con los acuerdos fundacionales que establecen En Marea como un partido instrumental de adscripción individual.

Este viernes, la coordinadora de Cerna ha ofrecido una rueda de prensa en Santiago en la que han realizado un llamamiento a "apagar los motores auxiliares" de En Marea, es decir, que los partidos políticos que auspiciaron el nacimiento del proyecto rupturista a nivel gallego hace casi dos años se diluyan en la organización.

Así lo ha explicado la portavoz nacional de Cerna y también diputada de En Marea, Paula Vázquez Verao, que ha asegurado que el reto lanzado a los partidos a que se "disuelvan" tiene por objetivo de convertir a En Marea en un espacio "soberano" y "autoorganizado" en el que las decisiones las tomen las personas "inscritas" y no las organizaciones políticas.

Verao, acompañada en la comparecencia de prensa por gran parte de los miembros de la coordinadora de Cerna -entre ellos, la exdiputada Consuelo Martínez y Mario López Rico, ambos miembros del Consello das Mareas- ha reivindicado que el llamamiento a abandonar las "posiciones partidarias" corresponde al "clamor" que, dicen, perciben tanto de la militancia de base de En Marea como de sus "votantes".

En esta línea, Cerna asegura que serán los primeros en "disolverse" en En Marea y defienden que, en la práctica, sus miembros "ya" participan en En Marea a título individual y no como representantes del partido. "Algo estamos haciendo bien porque tenemos a las cúpulas de los partidos cabreadas", ha asegurado Consuelo Martínez.

Así, entroncan esta idea de participar como militantes del proyecto de En Marea y no como representantes de una organización política con el modelo marcado por las mareas municipalistas, al tiempo que aseguran que el "problema" de En Marea en estos momentos radica en las presiones que ejercen "las cúpulas de los partidos".

Así las cosas, consideran que la configuración de En Marea como un proyecto "soberano" es necesaria para cumplir con los "objetivos primordiales" del rupturismo: lograr que Galicia tenga el rango de nación para evitar "repetir el papel secundario al que fue relegada en la gestación del régimen del 78" y, por otra parte, "desalojar" al PP de las instituciones.

DEJAR ATRÁS LOS PARTIDOS

Además, Verao ha recordado que en la Asamblea fundacional de En Marea, celebrada a finales del mes de julio de 2016 en Vigo, los partidos se comprometieron a "ejercer temporalmente un papel de motores auxiliares para iniciar el camino y solo para iniciarlo".

Ahora, creen que "las acciones" de las organizaciones han sido "contradictorias a veces con las decisiones adoptadas de manera escrupulosa y radicalmente democrática por el conjunto de las personas del espacio de En Marea", por lo que "dificultan el avance de la herramienta de la unidad popular de las personas que es el partido instrumental".

DIVISIÓN EN EN MAREA

El movimiento de Cerna se produce en un momento en el que Podemos Galicia y Esquerda Unida dan por fracasado el modelo establecido en Vigo, que consideran únicamente un acuerdo electoral para presentarse a las elecciones autonómicas de 2016, y reclaman que En Marea se reconfigure en torno a una coalición de partidos.

Por su parte, Anova -organización de la que se escindió, precisamente, Cerna- defiende el modelo de participación a título individual, pero se ha mostrado crítico con el rumbo tomado En Marea desde el proceso interno para la elección de los órganos de dirección del partido instrumental, que creen controlados por un sector que "no representa" la "pluralidad" del espacio político, en alusión a la propia Cerna.

En dichas elecciones al Consello das Mareas, dos candidaturas presentadas en el último momento por afines a Cerna y a un sector no oficialista de Anova, respectivamente, lograron los apoyos suficientes para hacerse con la mayoría de los 35 puestos del órgano máximo de dirección del partido instrumental.

Por su parte, Luís Villares encabezaba una lista de consenso que defendía una portavocía dual. Finalmente, tras la constitución del Consello, el magistrado en excedencia se apoyó en las dos listas anteriormente mencionadas a la hora de configurar la Coordinadora (que equivale a una ejecutiva en un partido clásico) para, de este modo, hacerse con la portavocía única de En Marea.

Este movimiento fue censurado por representantes de EU, Podemos Galicia, el sector oficial de Anova y algunas mareas municipalistas como Marea Atlántica; lo que derivó en una división interna en el seno de En Marea que ha llevado a la conformación de dos bloques distanciados entre sí.

PAULA QUINTEIRO

Esta fractura, evidenciada en el plenario (suerte de congreso para En Marea) en el que se impusieron las tesis del sector oficial, se reavivó con el conflicto en torno al caso de Paula Quinteiro, la diputada que se vio envuelta en un incidente con la policía.

La dirección del partido, con Villares a la cabeza, reclamaron la dimisión de la parlamentaria, que cuenta con el apoyo del sector crítico y la mayoría de sus compañeros en el Pazo do Hórreo, que acusó a la cúpula de En Marea de iniciar un "proceso inquisitorial" contra Quinteiro.

Así, en una consulta celebrada a mediados del pasado mes de marzo y en la que participaron un 40 por ciento de los 2.400 inscritos del partido instrumental, las bases apoyaron la opción de reclamar la dimisión de Paula Quinteiro, que desoyó el dictamen alegando que no tiene motivos para presentar su renuncia y acusando a la dirección de iniciar un "procedimiento ilegítimo" contra ella.