¿Quién es este soldurio?

Es el caudillo cántabro Corocotta, quien tuvo el valor de ir a cobrar los 200.000 sestercios que el emperador Augusto ofrecía por su cabeza.

¿Es una historia pura y dura?

No, intenté hacer una novela de aventuras que a la vez tuviera rigor histórico y una lectura bastante actual.

Esa lectura, ¿es la defensa de los nacionalismos?

La defensa de la identidad con la que cada uno se siente más a gusto. No es un ejemplo de independentismo sino de saber quién eres.

¿Por qué triunfa la novela histórica?

Siempre ha estado en auge, pero ahora hay una moda de novela histórica mezclada con asuntos místicos y religiosos.

¿Qué piensa del éxito de estas novelas, cuyo contenido llega a creerse la gente?

Están escritas de cualquier modo, pero me alegro de que la gente lea, aunque sea mal. Luego lo de creérselo es distinto, hay que poner las cosas en solfa.

¿Hasta qué punto es creíble una novela histórica?

Hay que mezclar el rigor con la imaginación y ver. ¿Cómo era el personaje? Alto o bajo, gordo, con voz de pito... La aventura y el entretenimiento es lo que debe llevar a los datos históricos.

¿Qué ven los lectores en este género?

Buscan los héroes que no encuentran. Ahora, los ídolos son futbolistas o cantantes de O.T. Los héroes actuales son una auténtica estafa.

¿Por qué es epiléptico su personaje?

Los grandes hombres deben  ser débiles para ser creíbles.

Bio

Nació en Madrid en 1960. Licenciado en periodismo ha pasado por la SER y El Mundo. Es autor de ensayos y fue campeón de España de esgrima.