"Es el momento de dar paso a una renovación. No me presentaré a la reelección", ha afirmado el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Miquel Valls, en una conferencia-coloquio de Barcelona Tribuna organizada por 'La Vanguardia', la Asociación Española de Directivos (AED) y la Societat Econòmica Barcelonesa d'Amics del País.

Valls ha explicado que hace 16 años que preside la institución, desde que ganó las elecciones de junio de 2002, y ha previsto que los comicios se convocarán después del verano para celebrarse previsiblemente "a finales de año", ya que era un trámite pendiente de la formación de Govern.

Ha recordado que las últimas elecciones se realizaron en 2010 y que, por lo tanto, las siguientes se tenían que haber convocado en 2014, pero se acumulan "cuatro años de prórroga" porque el Govern no adaptó hasta el año pasado la ley general de Cámaras estatal.

El Parlament validó en julio del año pasado el decreto ley del Govern para la celebración de elecciones en las cámaras de comercio, pero tras la aplicación del artículo 155 el trámite quedó paralizado, hasta la formación del Govern de esta semana.

Valls ha destacado que durante los 16 años que ha estado al frente de la entidad han pasado momentos complicados como la eliminación en 2010 de la obligatoriedad de las cuotas camerales -parte del impuesto de sociedades que se destinaba a las cámaras como subvención-, que suponían alrededor de un 70% de los ingresos de las cámaras catalanas.

Sin embargo, ha resaltado que la Cámara de Barcelona ha sabido reinventarse y está en una situación "financieramente excelente", sin créditos, y con superávit desde hace tres años.

Al ser preguntado por los candidatos, Valls ha contestado que primero se deben convocar las elecciones y ver quién se presenta, y ha remarcado que debe ser "gente dispuesta a servir a la institución, porque aquí se viene a servir y a no servirse".

Ha considerado que su sucesor debe tener una experiencia profesional probada, así como trayectoria internacional, tanto a nivel empresarial como institucional, capacidad de trabajo, ilusión de servir a las empresas y sus intereses y, sobre todo, "debe ser un gran embajador de la ciudad de Barcelona".