Christian Gálvez: "La de Leonardo Da Vinci también es una historia de fracasos"

Imagen de archivo del presentador Christian Gálvez.
Imagen de archivo del presentador Christian Gálvez.
JORGE PARÍS
Imagen de archivo del presentador Christian Gálvez.

En noviembre llegará a Madrid la exposición Leonardo Da Vinci: Los rostros del genio, cuyo comisario es Christian Gálvez, experto en la figura del genio florentino, conferenciante en Speakers Bureau y miembro del Leonardo DNA Proyect.

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¿De dónde procede su pasión por Leonardo Da Vinci?

Por una casualidad de la vida a finales del 2009 me encontré rodando un anuncio en Italia. Y por cosas del destino, aunque es muy difícil conseguir entrada, terminé entrando a ver La última cena en Santa Maria delle Grazie, en Milán. Y viéndolo pensé, ¿aquí no hay ninguna mujer pintada? Y empecé a investigar a ver qué pasaba con esos seres casi hermafroditas que pintaba Leonardo y al final me atrapó más su personalidad que sus obras de arte. Me piqué.

¿Y de dónde surge la idea de la exposición?

La exposición surge por una amalgama de cosas en las que están mi último libro, Leonardo da Vinci -cara a cara-, un estudio de divulgación científica en el que intentaba encontrar el verdadero rostro del maestro junto con la curiosidad de Iniciativas y Exposiciones que llevan más de treinta años de experiencia museográfica. Ellos querían montar algo y yo también y descubrimos que queríamos contar lo mismo. Y nos pusimos manos a la obra. Nos dimos cuenta de que si queríamos acercar a Leonardo a la gente teníamos que arrancarle esa pátina de genialidad y presentar a alguien de carne y hueso, para sentarse cara a cara con él.

¿Qué cosas nuevas va a aportar esta exposición?

Lo primero va a ser arrancar esa leyenda y replantearnos qué significa la palabra genialidad. ¿Era un genio alguien ilegítimo, iletrado y con muchas posibilidades de ser disléxico, bipolar y déficit de atención? Queremos plantear dudas, por ejemplo, sobre aquellas imágenes y autorretratos que por tradición popular se asocian con el rostro de Leonardo. Queremos que la gente se quede con el Leonardo que quiera. La línea narrativa pretende contar la historia de Leonardo a través de caras, de las caras de todos aquellos que alguna vez trabajaron o vivieron con Leonardo, para al final indagar en los propios retratos del genio.

¿Por qué le da esa importancia los rostros?

Porque creo que las nuevas tecnologías son muy útiles pero la mala utilización nos está deshumanizando un poco. Ahora felicitamos cumpleaños por whatsapp, no llamamos, no quedamos, no nos miramos, no nos tocamos, no nos miramos a los ojos, no sabemos si hay verdad, si hay cariño...

Y sin embargo es una exposición muy tecnificada...

Sí, por otro lado queremos utilizar esa tecnología para presentar lo que Leonardo tuvo en su cabeza. A lo que tenemos de él en sus páginas le queremos dar corporeidad, tridimensionalidad a su imaginario.

Si pudiera preguntarle una sola cosa a Leonardo Da Vinci, ¿qué sería?

No le preguntaría nada. Preguntarle algo sería sólo saciar mi curiosidad, pero estoy tan agradecido a él que sólo le diría gracias. Le diría: "lo conseguimos: volamos. Y tú fuiste el primero en imaginarlo". Leonardo murió triste y ese ejercicio le convertiría en alguien un poco más alegre.

¿Se sigue apartando a los genios hoy en día?

Cuando alguien pretende destacar por la multidisplina y la polimatía creo que sí se le castiga. Es curioso porque se busca la especialización, pero cuando entras a trabajar a algún sitio se te pide que tengas multitud de conocimientos.

¿Usted ha notado prejuicios por trabajar en la tele?

Sí, claro, soy un advenedizo. Soy el tío el tío de la tele. Otro famoso que escribe libros. Al final creo que he conseguido que se cambie un poco esa imagen que se tiene de mí, pero ha sido porque me ha venido reconocimiento por parte del extranjero, de instituciones a nivel mundial que me han permitido acceder a un lugar bastante privilegiado en torno a la figura de Leonardo, aunque no lo estaba buscando. Se me ha dado una oportunidad de contar lo que me apasiona y ahora noto mucho más respeto.

¿Cuánto le dedica al tema?

Entre tres y cuatro horas al día.

¿Qué es lo más emocionante que ha hecho en torno a este tema?

Creo que estar frente a frente y manipulando los Códices de Madrid es una experiencia espectacular o participar en Leonardo da Vinci DNA Project, o este mayo, que ha sido mi segunda exposición en el congreso de Florencia y he visto que lo que dije en mi primera conferencia, que se hace para ver si te aceptan o no en el club, se ha tenido en cuenta y se ha actuado en consecuencia. Es una cosa muy de ego (risas).

¿Cómo fue tocar los códices, es fetichista?

Sí, lo soy (risas). Soy amante de los libros, los colecciono y tocarlos fue una gran emoción. Y fue especial comprender que la de Leonardo también es una historia de fracasos.

¿Qué conclusión ha sacado de sus estudios?

Cuando empecé con Leonardo yo quería ser el tío que más sabía de Leonardo en España. Pero cuanto más he sabido más he descubierto que me quedaba por conocer y que es necesario el trabajo en equipo para alcanzar cimas.

¿Cuál es el misterio más exasperante sobre Leonardo?

Por un lado su cara y el segundo más importante es la Gioconda. Hace un par de años se hizo una exhumación de Lisa Gherardini [noble florentina que tradicionalmente es considerada la persona que posa en La Gioconda], se intentó hacer una reconstrucción facial y no se publicaron los resultados. Me llama la atención. ¿No se parece? ¿Y si se encontró algo que no encaja?

¿Cuál es su teoría?

Somos muchos los que pensamos cosas diferentes, sobre La Gioconda y sobre el supuesto autorretrato de Turín, que muchos negamos. Hay bastantes definiciones de gente a lo largo de la historia que pudo saber algo sobre el retrato de La Gioconda y ninguno coincide sobre la identidad de la modelo. Hay hasta quien dice que Leonardo pintó a Francesco del Giocondo y no a su esposa.

¿Le habría gustado a Da Vinci esto de la mercadotecnia?

Creo que no le habría gustado. ¿Te imaginas al Che Guevara viendo las camisetas con su cara? ¿O a Jesús de Nazareth viendo su figura mercantilizada? No creo que les hubiera hecho gracia.

¿Nos pone la exposición en el mapa de países referentes sobre la figura de Leonardo?

Nosotros mismos hemos pecado un poco de no vendernos. Los propios códices estuvieron perdidos dentro de la Biblioteca Nacional hasta los años sesenta. No creo que muchos españoles sean conscientes del patrimonio que tenemos y no creo que en Europa se sepa suficiente del inmenso valor del poco patrimonio que tenemos sobre Leonardo. Que es poco, pero muy valioso. Su legado es universal y así se universaliza el conocimiento sobre él.

¿Hay rivalidad entre estudiosos de Leonardo?

Lo que he encontrado es que hay rivalidad si hay un negocio detrás. Yo no hago negocio con ésto, esta exposición a mi no me repercute nada en lo económico, mi parte va donada a Feder [Federación Española de Enfermedades Raras] como embajador que soy.

¿Hay mucha presión del marketing?

Cuando discrepas de algunos que sí que tienen museos o centros de interpretación en sus respectivos países... a lo mejor pones en duda un dibujo de alguien que lo lleva en el logotipo y que lo lleva defendiendo treinta años. Cuesta recular y muestran animadversión contra los avances científicos que pueden poner en duda una pintura o un patrimonio.

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