La generación de residuos por habitante en el área metropolitana de Barcelona se sitúa en 1,22 kilos por persona y día y 456 kilos anuales por ciudadano. La cifra está un 10% por debajo de la media catalana, que es de 1,36 kilos por habitante y día.

En 2017 se generaron en todo el territorio metropolitano, que comprende 36 municipios, incluida la ciudad de Barcelona, 1,45 millones de toneladas de residuos, un 2% más que en 2016, en cálculos de Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) dentro de su más reciente balance de reciclaje.

Se producen seis kilos más de residuos por habitante y año que en 2016, con 450, pero queda muy lejos del registro de hace una década, de 533 kilos por habitante y año y que significa que de 2007 a 2017 se ha conseguido reducir en 77 kilos anuales por habitante la generación de residuos en el territorio más poblado de Cataluña.

En el área metropolitana, la recogida selectiva está cinco puntos por debajo de la media catalana, con el 33,71% de los residuos. Esta tipología de recogida ha aumentado ligeramente durante el último año, un 0,63%, aunque las basuras mal colocadas en el contenedor también lo hicieron en un 1,51%.

En 2017, en toda el área metropolitana se recogieron selectivamente 486.664 toneladas de residuos, 12.000 más que en el año anterior. Las fracciones que más han incrementado su recogida fueron las de envases ligeros (en el contenedor amarillo), envases de vidrio (en el contenedor verde) y voluminosos, sobre todo muebles viejos.

Tanto vidrio como envases han aumentado su recogida entre un 4-5% por capita y los voluminosos un 2%. El AMB no lo atribuye a un cambio de comportamiento de la población en cuanto a la recogida selectiva sino a un incremento del consumo de productos envasados y de la venta de viviendas y la renovación de mobiliario que no se compró durante los peores años de la crisis económica.

En datos de la organización medioambiental Ecoembes, en 2017 se reciclaron 253.464 toneladas de envases domésticos, un 3,5% más que en 2016, y cada catalán depositó 16,3 kilos de envases de plástico, metálicos y bricks en el contenedor amarillo así como 20,9 kilos de papel y cartón en el contenedor azul. Supuso un incremento del 5,2% y del 5,7%, respectivamente, respecto al 2016.

El pasado año, los catalanes dispusieron de 1.025 contenedores amarillos y azules más, con un total de 74.044, permitiendo que casi la totalidad de la población catalana tenga acceso a ellos y, en consecuencia, a la recogida selectiva.

A esto hay que añadir el modelo de recogida de residuos puerta a puerta, un servicio del que se pueden beneficiar a día de hoy 266.066 habitantes.

A nivel estatal, el pasado año se reciclaron 1.399.582 toneladas de envases domésticos, un 3,5% más que en 2016, y alcanzando una tasa del 77,1%.

Los envases domésticos se consolidaron como los residuos sólidos urbanos más reciclados, una cuarta parte del total reciclado en España, concretamente, un 29,7% en datos de Eurostat, la Oficina Europea de Estadística.

Desde el pasado mes de enero, el AMB ha implantado el nuevo modelo metropolitano de gestión de residuos, con el que se espera que este año repunten en positivo las rutinas de reciclaje de los residentes en el área metropolitana de Barcelona, según la previsión que maneja el Servei de Gestió i Previsió de Residus de la entidad supramunicipal.

Se espera cumplir la directiva europea y alcanzar el 50% de residuos reciclados de aquí a dos años, en 2020.