Una familia de etnia gitana de unos veinte miembros ha reducido a una decena las personas que duermen cada noche en el hospital materno-infantil Virgen de la Arrixaca después de que ayer tarde se lo pidiera personalmente el director gerente del centro sanitario, Manuel Alcaraz.

Los familiares, que se encuentran en el materno infantil desde que el pasado lunes ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos una niña integrante de esta familia, no obedecían las normas del centro de no fumar en el mismo, y además el pasado miércoles agredieron a una guardia de seguridad del hospital.

Costumbre de su etnia

Alcaraz dijo hoy que el mayor problema tuvo lugar el pasado fin de semana en el que hubo "un mayor acumulo de personas en las salas de espera", pero aseguró que los sistemas de seguridad del hospital vigilaron en todo momento la situación y afirmó que nunca se produjeron "conductas de riesgo".

Comentó que se trata de una "situación delicada" y que en su cultura cuando alguien de su etnia tiene problema de este tipo suele acudir toda la familia, "pero eso hay que compatibilizarlo con el funcionamiento del hospital", agregó.

Sólo la familia más allegada

El director gerente habló a las 19:00 horas de ayer con una persona que no era el patriarca, pero era el número 2 en la familia y que ejercía de portavoz, al cual "le hizo ver que tienen que respetar las normas del hospital" y que hay zonas restringidas como la zona anexa a la UCI "donde no se puede estar".

"Desde que hablamos con ellos regulan el flujo de personas" y comprobó que no hay más de diez personas entre los padres de la menor, sus abuelos, y la familia mas allegada, que mantienen su presencia en el centro.

De la agresión a una mujer perteneciente a los servicios de seguridad del hospital, el director del centro sanitario afirmó que se trató de algo "muy puntual que no podemos tolerar", y que esas actitudes "hay que reconducirlas", al tiempo que señaló que este tipo de conductas "no se volvió a repetir".