A un lado de la bahía de Pasaia, con la estética industrial del puerto como telón de fondo, y atrapada entre el monte y el mar, Pasajes San Juan mantiene todo el sabor marinero, ajena a los cambios de su entorno.

En uno de los contados huecos que se abren al mar entre las casas de la única y angosta calle del pueblo, un pequeño astillero, testigo de la otrora pujante industria naval vasca, construye con absoluta fidelidad embarcaciones de tiempos pretéritos. Es la parte más visible del proyecto de Albaola, una asociación que desde hace 10 años se dedica a preservar y difundir el patrimonio marítimo vasco.

Los escasos 250 kilómetros de costa vasca han sido la cuna de grandes navegantes como Elcano, Legazpi o Urdaneta carrera de Indias y de Terranova". Sin embargo, la historia marítima vasca, "extraordinariamente rica", ha estado "muy marginada", en opinión de Xabier Agote, presidente de Albaola, y sus astilleros han construido "embarcaciones que han protagonizado la

"Hay que promocionar la imagen marítima del País Vasco porque apenas la tiene. Existe una imagen puramente pastoril por los excelentes trabajos etnográficos que se han realizado, pero lamentablemente no ha sucedido lo mismo en la costa", afirma.

Expediciones

Una chalupa ballenera del siglo XVI y una trainera de pesca del siglo XIX son dos de las embarcaciones que, tras ser botadas, se han convertido en las protagonistas de sendas aventuras como la travesía por Terranova (Canadá) y la vuelta a Irlanda. Y es que además de la investigación y la construcción, Albaola se centra en la navegación de embarcaciones tradicionales del País Vasco.

A través de estudios etnográficos, arqueológicos y planos de época, Agote, junto con tres compañeros más, ha construido ya una decena de embarcaciones en el astillero, de acceso gratuito para el público.En estos momentos trabajan en la

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