"Cuando conocí a Franca, era una joven actriz; pero pronto le atrapó esta pasión irresistible de los creadores de espectáculos, que la llevó finalmente a dedicarse al mundo del vestuario donde obtuvo sus grandes y verdaderas satisfacciones. Por mi parte, he construido el contexto a sus bellísimos trajes, en una actividad intensa que va de la seducción del público, a la política y el gusto de lo bello".

Son palabras de Ezio Frigerio (Erba, Italia, 1930), uno de los grandes escenógrafos de la historia. Él y su esposa, Franca Squarciapino (Roma, 1940) son los protagonistas de una exposición que repasa su intensa y muy interesante trayectoria hasta el próximo 20 de mayo en el Museo Thyssen de Madrid.

Ezio Frigerio y Franca Squarciapino. Una vida juntos sobre el escenario incluye varios elementos de escenografías de Frigerio, un conjunto de trajes diseñados por Squarciapino y 22 fotografías de sus producciones más destacadas que permiten al espectador hacerse una idea de la creatividad conjunta de esta pareja de creadores.

"Esto es solo un trocito de un largo camino de dos compañeros en el viaje de la vida y el arte. Un ejemplo de cómo hacer teatro de verdad y de hacernos soñar en tantas noches y espectáculos", afirmaba Daniel Bianco, director del Teatro de la Zarzuela, que estos días estrena La tarberna del Puerto con escenografía y vestuario de ambos artistas.

Esta exposición de pequeño formato se completa con la proyección de un documental donde el escenógrafo cuenta en primera persona su relación artística con el director de escena Giorgio Strehler. Fue éste quien le ofreció su primera oportunidad a Frigerio en 1954 como diseñador de vestuario en le Piccolo Teatro de Milán para La casa de Bernarda Alba. Después llegarían sus colaboraciones para el cine con Vittorio de Sica y para el ballet con Rudolf Nureyev. Tras el éxito obtenido con la escenografía de Las bodas de Fígaro, dirigida por Strehler para la Ópera de París será solicitado por todos los grandes teatros del mundo.

Por su parte, Squarciapino comenzó su carrera como diseñadora de vestuario tras conocer a su marido en 1963. Con él colaboró, por ejemplo , en la superproducción televisiva Los hermanos Kamarazov. También ha trabajado a las órdenes de Strehler en el Piccolo Teatro y La Scala de Milán. En 1991 fue galardonada con el Oscar al mejor vestuario por Cyrano de Bergerac, de Jean-Paul Rappeneau, y ha recibido también otros premios importantes como el European Film Award británico, el César en Francia, el Goya en España o el Tony Award en Broadway.