La joven ha sido investigada como presunta autora de un delito de usurpación de identidad y defraudación, según detalla en una nota el Instituto Armado.

Los hechos se desencadenaron a raíz de que la víctima llevara un tiempo notando que se había ralentizado considerablemente su velocidad de navegación por Internet y lo expusiera a la compañía. La empresa le informó de que existían varios dispositivos conectados a la red y de que no estaban autorizados, por lo que procedió a cambiar la contraseña de acceso.

A pesar del cambio, al poco tiempo volvieron a estar conectados los dispositivos no autorizados, por lo que de nuevo volvió a cambiar las contraseñas e instaló una aplicación que oculta su red para que nadie pueda robarla.

En el mes de marzo recibió un mensaje de la compañía informándole de que un dispositivo desconocido se había conectado a su router, además de que, con su nombre y número del DNI, se había dado de alta un móvil para la conexión al router, facilitando el número de teléfono autorizado.

La mujer denunció ante la Guardia Civil de Maracena por supuesta usurpación de su identidad, los agentes identifican a la propietaria del mencionado teléfono, que resultó ser su vecina, la cual "recibía con claridad la señal de su red wifi".