En declaraciones a los periodistas en San Sebastián, antes de tomar parte en la manifestación que la central abertzale ha llevado a cabo en San Sebastián con motivo del Día Internacional de la Salud Laboral, Aranburu ha destacado la necesidad de "visibilizar la realidad" de las enfermedades profesionales.

A su juicio, se trata de una realidad que queda "invisibilizada", lo que impide "hablar de las causas que hay detrás de las enfermedades profesionales" y poner soluciones "a un problema tan grave".

La dirigente de LAB ha hecho referencia a datos de la Agencia Europea de Salud Laboral que señalan que "por cada muerte en accidente laboral hay 18 muertes por enfermedad profesional", y de la OIT, que señala que el 70% de las enfermedades profesionales "no se reconocen como tal, sino que se derivan al sistema público como enfermedad común".

"Lo que hemos querido reflejar tiñendo de rojo la fuente es la sangre que está derramando la clase trabajadora porque está enfermando o muriendo a consecuencia del trabajo", ha explicado.

"INASUMIBLE"

En esa línea, ha afirmado que el año pasado "se llegó a cerca de mil personas fallecidas bien por accidente de trabajo, o bien por enfermedad profesional" algo que, a su entender, es "totalmente inasumible para una sociedad que se llama a sí misma moderna".

Aranburu ha denunciado que detrás de estas cifras están las políticas de las mutuas patronales, que "no reconocen las patologías de enfermedad profesional como laborales y las derivan al sistema público de pensiones".

En ese sentido, ha asegurado que esas derivaciones tiene consecuencias muy claras porque, por un lado, las empresas "no asumen la carga económica que deberían asumir porque esos trabajadores han enfermado en sus centros de trabajo" y, por otro lado, somos todos quienes estamos pagando esas enfermedades que deberían estar pagando los empresarios".

Para la secretaria general de LAB, eso hace también que no se investiguen las causas de las enfermedades profesionales, que son "los productos cancerígenos, las posturas forzadas, los altos ritmos de trabajo o la presión con la que estamos obligados a trabajar". "Eso es fruto de la precariedad y de la falta de inversión en medidas preventivas", ha criticado.