El actor Kit Harington, que da vida a Jon Snow en la serie Juego de Tronos, ha declarado que el acoso en el mundo del cine "ha ocurrido desde siempre" y que no es algo "impactante" ni exclusivo de esta industria.

Harington, que se encuentra en plena promoción de una nueva serie, dio una entrevista al medio The Sydney Morning Herald donde habló de los escándalos sexuales que tiñen la reputación de Hollywood.

El intérprete británico respondió a una pregunta que hacía referencia al acoso en la industria del cine en Estados Unidos y si estas revelaciones se habían trasladado al Reino Unido, a lo que el actor de Juego de Tronos contestó: "Sí, el caso Weinstein se ha notado allí también. Kevin Spacey ha sido el director artístico del Teatro Old Vic durante muchos años y ahora estamos descubriendo alegaciones en su contra. Con el teatro británico ha habido un problema que viene de largo".

Señalando no solo el mundo del teatro, sino el de la industria cinematográfica, Harington continuaba: "Esto es algo que ha ocurrido desde siempre y no solo en EEUU. Está en todas partes".

"Es triste e inquietante, pero no es impactante", zanjaba. Harington desveló que estas situaciones son conocidas por los intérpretes: "Creo que la mayoría de los actores y gente de la industria ha oído historias. Simplemente es muy duro para la gente abrirse y hablar sobre ello.

Harington, quien vistió de negro al completo en la gala de los Óscar como parte de los movimientos Time's Up y #MeeToo que pretende acabar con el acoso en la industria del cine y dar voz a las mujeres y las víctimas de estos escándalos, finalizaba sus declaraciones haciendo referencia a estas iniciativas: "Llas puertas se han abierto un poco y solo podemos estar agradecidos por ello".

Tras su exitoso papel de Jon Snow en la serie de HBO, el actor británico se ha embarcado en Gunpowder, un nuevo proyecto televisivo dirigido por Daniel West y con guion de Ronan Bennett en el que Harington es el productor.

La historia, que se estrenó en octubre en Gran Bretaña, se basa en la noche posterior al arresto del conspirador Guy Fawkes cuando este portaba explosivos.