A punto de cumplir treinta años, el 30 de abril de 2018, Ana de Armas vive un momento dulce en su vida tanto profesional como personal. Pocos creían que despuntaría en Hollywood, pero su perseverancia, su belleza y, sin duda, algo de suerte, resultaron una combinación mágica para resaltar.

War Dogs, Hands of Stone, junto a Robert De Niro y Édgar Ramírez, y definitivamente la secuela de Blade Runner, donde su papel de mujer virtual, no era escaso junto Ryan Gosling, han conseguido que esta actriz cubana haya conseguido algunas de las metas que se propuso cuando se incorporó como estudiante al Teatro Nacional de La Habana.

En España se dio a conocer en El Internado, la serie de Antena 3 en la que compartió protagonismo con Elena Furiase, Yon González y Blanca Suárez, aunque previamente Manuel Gutiérrez Aragón ya se había fijado en ella y, bajo su dirección, participó en Una rosa de Francia.

Reconoce que tras su llegada a la meca del cine había pasado por “momentos de impacientarme” al pensar que todo iba muy lento, “pero todo llega”. Asegura que su intención es “acumular experiencias. Me siendo feliz y muy orgullosa de estar donde estoy y de haberme arriesgado”, apuntó la actriz, que tenaz no dudó en afirmar “quiero tenerlo todo y voy a intentarlo”.

Su experiencia al participar en una película mítica como Blade Runner la calificó de “mágica”, una imagen que no se “esperaba” al ver el resultado final, pero lo cierto es que la imagen de la actriz en la película resultaba fascinante, en el límite entre lo virtual y lo imaginado, sugerente y muy atractiva.

Después de triunfar en España, la actriz comenzó en Hollywood al participar en Knock Knock, junto al protagonista de Matrix, Keanu Reeves, reconoce que le pareció “surrealista” trabajar con Harrison Ford, sobre el que advierte que le siguió viendo con “mucha pasión por su trabajo”.“Empezar de cero en Hollywood es duro, un sacrificio, pero es mi decisión y estoy muy orgullosa”, dijo en su momento sobre la decisión de trasladarse a Los Ángeles. Ana de Armas también tuvo su incursión en el mundo infantil con su participación en el doblaje de Gru: mi villano favorito.

Su físico no ha condicionado su participación en películas en las que se buscara el estereotipo latino, que se aleja mucho de su imagen. “Cuando digo que soy cubana se sorprenden. Quiero seguir siendo latina, pero optar a personajes universales”, dijo en una entrevista a una revista de cine.

Karl Lagerfeld la invita a sus desfiles en París y fue una invitada destacada durante la presentación del director creativo de Chanel de la colección Crucero de la firma en La Habana. Sin ser una adicta a las tendencias, Ana de Armas ha estado en varias ocasiones en la lista de mujeres jóvenes más elegantes. Combina looks informales, con sugerentes vestidos sobre la alfombra roja.

Su cabello, castaño oscuro, sí ha tenido numerosas variaciones, tanto en su largura como en su color, que ha pasado por temporadas más corto, hasta llegar al rubio de mechas californianas. En la actualidad De Armas ha regresado a un tono más claro de su color natural, con flequillo y melena por debajo de los hombros.

Una imagen que ha conquistado por completo a su actual pareja, Alejandro Pineiro, un artista cubano, afincado también en Los Ángeles, con el que comparte su vida desde hace un tiempo y al que dedica sus miradas enamoradas a través de Instagram. Una relación de la que presume y nunca ha escondido.

A la espera de estrenar Three Seconds, en la que comparte protagonismo junto a Rosamund Pike y Clive Owen, la actriz advierte que su “sueño es trabajar con directores que admiro y rodar historias en las que creo”. “Intentar siempre ir por el lado creativo y no hacer las cosas por dinero. Que lo pueda hacer o que tome otras decisiones, bueno, eso pasa en la vida. He aprendido mucho sobre la industria del cine”.