La Fiscalía de Guipúzcoa pide dos años de cárcel para un médico que, a pesar de no ser titulado en cirugía plástica, practicó presuntamente cuatro intervenciones estéticas a una mujer que quería reducir el tamaño de sus mamas y que sufrió complicaciones en todos los postoperatorios.

Los hechos se remontan al año 2001, cuando la afectada comunicó a la responsable de un centro estético de San Sebastián su interés por someterse a una operación de reducción de pecho. A través de esta mujer, la paciente se puso en contacto con el acusado, quien le manifestó que para solucionar su problema estético sería suficiente realizar una "elevación" de las mamas con prótesis.

El texto del Ministerio Público explica que esta intervención tuvo lugar el 25 de octubre de 2001 en una clínica donostiarra "bajo anestesia general" y cuatro días después la mujer fue dada de alta. En las curas practicadas en los días posteriores, la afectada sintió "malestar y dolor" y su pecho izquierdo presentaba "un aspecto enrojecido" con "exudación", por lo que le practicaron una "limpieza" y fue tratada con antibióticos.

A pesar de ello, el 9 de noviembre la paciente tuvo que someterse a una segunda intervención quirúrgica para retirar la prótesis ya que este pecho "presentaba mal olor y una mayor exudación" debido a una "infección". A lo largo de ese mes, la afectada se sometió a diferentes curas pero en diciembre acudió a su médico de cabecera, quien "constató la existencia de una posible infección".

Posteriormente, el imputado manifestó a la perjudicada la necesidad de realizar una tercera operación para reimplantar nuevamente la prótesis, operación que llevó a cabo el 17 de enero de 2002 sin haber practicado antes "ningún tipo de cultivo de las exudaciones" del pecho "para determinar cuál era la infección que había sufrido" y "sin respetar el tiempo aconsejado", lo que "hacía más probable el riesgo de una nueva infección".

El texto de la Fiscalía recuerda que, según "la mayoría de los estudios" médicos sobre esta materia, las reintervenciones "requieren un tiempo medio de espera de seis meses". La nueva prótesis también tuvo que ser retirada, el 24 de enero de 2002 en una cuarta operación practicada esta vez en una clínica bilbaína, debido a que "tras la mamoplastia se produjo un sangrado".

Finalmente, la afectada presentó una denuncia contra el médico que la operó y fue reconocida por un forense judicial. La Fiscalía considera que estos hechos son constitutivos de un delito de lesiones por imprudencia grave profesional y de otro de intrusismo, por los que reclama dos años de prisión para el acusado, cuatro de inhabilitación y una multa de 7.500 euros, además de una indemnización a la perjudicada de 60.000 euros.

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