Colas hasta fuera del edificio en el primer día para pedir las ayudas al alquiler

  • Desde primera hora de la mañana, centenares de jóvenes se acercan a Bizilagun para solicitar los 210 euros de subvención al mes.
  • A los que comparten piso, se les aconseja que esperen a tramitar la ayuda.
  • "Ahora sí que nos vamos a un piso", cuenta ilusionada Vanessa.
Vanessa Barrena.
Vanessa Barrena.
Vanessa Barrena.

Hay ganas de emanciparse. O de dejar de empeñar un riñón para hacerlo. En el primer día en el que se pueden solicitar las ayudas al alquiler en Euskadi, centenares de jóvenes se han acercado hasta las oficinas de Bizilagun, donde se tramita la subvención.

Las colas a primera hora de la mañana salían del edificio del Gobierno vasco y casi llegaban hasta la calle. Allí había jóvenes guapos, parejas de la mano y madres esperando la cola para recibir la llamada Renta de Emancipación, que abona 210 euros mensuales a los jóvenes de 22 a 30 años que vivan de alquiler.

"Ahora sí que nos emancipamos. Seguro. Ya hemos mirado algún piso por Uribarri", cuenta con brillo en los ojos Vanessa Barrena. Tiene 25 años, y lleva una década de relación con su novio, de 28 años. Esta dependienta vive con los suegros, "que me tratan como una reina, pero no sé... ya buscamos un poco la intimidad de la pareja, ¿no?", explica sonriente.

"Ahora sí que nos emancipamos. Seguro. Ya hemos mirado algún piso por Uribarri"

Cuenta que sin la ayuda sólo hay dos tipos de pisos: los caros, a los que no pueden acceder; y los baratos, que son cuchitriles donde no quieren vivir.

Y Arantza Amesti, que es madre de un joven de 28 años, ahí está, delante de Vanessa, aguardando su turno. "Por esto en el periódico: que la burocracia es horrorosa, que un trabajador como mi hijo no puede faltar al trabajo un día para hacer este papeleo", anuncia. Los 210 euros darán provecho a su hijo, que ya lleva cuatro años viviendo solo de alquiler, y sin ayuda de ningún tipo.

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