Contar un año, ¡qué difícil!

  • La Tierra da una vuelta alrededor del Sol cada 365,2422 días.
  • En los cincuenta, la ONU apoyó el Calendario Mundial donde Año Nuevo siempre caía en domingo.
  • En 2006, Owens abogó por una semana de ocho días y tres días de fin de semana

El cómputo del tiempo es algo esencial para toda civilización. No por saber cuándo recolectar las tierras, sino porque los funcionarios deben saber cuándo recoger los tributos. El problema surge en que la Tierra no da una vuelta alrededor del Sol cada 365 días justos sino cada 365,2422 días. ¿Cómo contabilizar ese sobrante de 0,2422?

En 45 a. C. se estableció el calendario juliano, impuesto por Julio César y realizado por el astrónomo alejandrino Sosígenes. Constaba de 365 días y cuarto, que se obtenía añadiendo un día extra cada cuatro años. Por desgracia, resulta ser 11 minutos más largo que el año astronómico, algo que con el paso de los años se hizo demasiado obvio.

Así, el Papa Gregorio XIII decidió corregir este desaguisado por motivos puramente eclesiásticos, ajustar la fecha de Pascua, y en 1582 una bula papal hizo que al 4 de octubre le siguiera el 15. Pero tendremos que volver a reformarlo: nuestro calendario adelanta un día cada 3.000 años.

Un calendario perpetuo

Las reformas modernas tienden a producir un calendario perpetuo (sabes en qué cae cada día siempre). En los cincuenta la ONU apoyó el Calendario Mundial , donde Año Nuevo siempre es domingo, los meses de los cuatro trimestres tienen 30, 30 y 31 días, y en junio y en diciembre se añaden sendos días, festivos claro. Pero uno de los problemas es que no cumple el ISO 8601, que define el estándar empresarial del tiempo.

La International Fixed Calendar League también promocionó su propuesta de 13 meses de 38 días y con uno de propina, el de Nochevieja. El Sym454 propone 12 meses, de modo que en cada trimestre los meses tienen 28, 35 y 28 días. El año bisiesto se compensa cada cinco años añadiendo una semana extra. Isaac Asimov hizo lo propio con un calendario de cuatro estaciones y 13 semanas.

Casi cada año aparece una nueva propuesta: Owens en 2006 abogó por una semana de ocho días y 3 días de finde; Abbot, en 2005, propuso 30 días por 11 meses... Muy pocos cambian los siete días de la semana. Todo sea por no enemistarse con las grandes religiones.

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