Más de 600 padres de Vigo apenas están con sus hijos

  • Los niños de padres separados suelen ser sometidos a chantaje para que se decanten por un progenitor.
  • Los expertos recomiendan ofrecer cariño.
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Más de 600 progenitores de Vigo han pasado la Navidad separados de sus hijos. Se trata de familias rotas que deben repartirse a los niños durante estos días para que puedan
pasar esas fechas con su padre y su madre.

Aunque a medias, estos padres han podido ver a sus pequeños en unas fechas entrañables, porque «hay compañeros que ni han visto a sus hijos. Por cuestiones jurídicas o por tropiezos, no los ven nunca», asegura José Luis Pallarés, portavoz de la Asociación Galega de Pais y Nais Separados en Vigo.

«Los niños traen la alegría y la ilusión necesarias para poder disfrutar la Navidad. Cuando no están se piensa en ellos y se les echa más de menos que nunca», explica Esteban Figueirido Woodford, psicólogo y terapeuta familiar colaborador de la Asociación Galega de Pais e Nais Separados.

Pero lo peor es para los pequeños. «Algunos sufren, sobre todo cuando tienen que ir con el progenitor de menos apego, y otros lo asumen con resignación, porque tienen claro que las cosas son así y aprenden a sacar el máximo partido de ello», explica.

De hecho, el fenómeno del chantajeo por parte de los padres es muy común, tanto en Navidad como en el resto del año. «Siempre ha existido el error de querer comprar a los hijos, pero no tardarán en sentirse como cosas. Lo que crea lazos de unión es hacer que se sientan seguros y queridos, y eso sólo se consigue a través del cariño», explica Figueirido.

Lo que los niños necesitan es ver respeto entre sus padres; es básico que cada progenitor le hable bien del otro al hijo.

Testimonios

José Luis. Vecino de Vigo

José Luis ha pasado la mitad de las vacaciones navideñas separado de su hija. Ha disfrutado de su compañía desde el 22 hasta el 30 de diciembre, el resto de los días fueron para su madre, quien tiene la custodia de la pequeña. Desde entonces, José Luis no ha visto a su hija. «Sólo estoy con mi niña cuatro días al mes, porque así se ha estipulado el régimen de visitas. Es una triste realidad. Nosotros nos separamos de nuestra pareja, no de nuestros hijos».

José. Vecino del área metropolitana

José también ha pasado la primera semana de las vacaciones navideñas con su hija. Su caso puede considerarse una excepción: él sí tiene la custodia de su hija. Sin embargo, tanto él como su pequeña viven destrozados física y psicológicamente, porque tienen «que recorrer cuatro días a la semana más de 100 kilómetros» (perdiendo incluso horas de colegio) para que la pequeña esté con su madre, «que intenta convencer a mi hija de que yo soy malo».

Amalio Vecino de Porriño

A Amalio le ha tocado el segundo turno de Navidad con sus hijos, dos niños de 11 y 14 años. Tal y como hacían antes de la separación, se fueron de vacaciones a Asturias, donde viven los abuelos, tíos y primos de los niños. «Los niños lo llevan bien, no hay razón para decir que se estresan o que lo pasan mal, porque es una costumbre que tienen desde siempre». Sus hijos ya son mayores y tienen las cosas claras. «Lo único malo puede ser el viaje de cinco horas».

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