Las playas del litoral barcelonés están perdiendo arena de una forma "importante y acelerada" en los últimos años como consecuencia de la acción del mar. Lo advierten desde el Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que reclama al Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y al Departament de Territori i Sostenibilitat un plan conjunto de estabilización para atacar el problema. "Se trata de playas por las que pasan unos 10,5 millones de personas anualmente y que se están quedando cada vez más estrechas", apunta el jefe de servicio de playas del AMB, Mariano de Gracia, y añade que entre las posibles soluciones están la construcción de espigones o las aportaciones de arena de otros lugares.

El problema, que se agrava cuando hay temporales como el de los días 1 y 2 de marzo, se ceba sobre todo con la costa norte de la capital catalana, donde abundan las playas urbanas y estrechas. El municipio de Montgat, por ejemplo, ha perdido "más de la mitad" de la arena de su costa "en los últimos 10 o 15 años", señala De Gracia, y cuenta que en Montgat Nord ha desaparecido más de un kilómetro de litoral. Esto ha provocado el movimiento de rocas del rompeolas que soporta la línea de Rodalies del Maresme y la destrucción de duchas, juegos infantiles y escaleras. "Lo que ocurre en este municipio es que ya no llega la arena de los ríos, porque bajan con menos caudal", explica De Gracia.

Como en Montgat, la situación también es compleja en Badalona, donde ha vuelto a desaparecer la playa de la Mora, o en Barcelona, donde la anchura del arenal de la Barceloneta se ha reducido a menos de cinco metros en algunos puntos, lo que ha hecho que el mar alcance los equipamientos y llegue casi hasta los locales comerciales.

En cuanto al litoral metropolitano del sur de la capital catalana, la amplitud de las playas y la presencia de dunas reducen un poco la problemática de la regresión, pero esta también existe. Afecta, entre otras poblaciones, al Prat de Llobregat, donde el mar ha invadido toda la parte central del arenal de Can Camins y ha inundado la carretera de acceso durante los últimos temporales. También en este municipio, la playa nudista desaparece cada vez que el oleaje es fuerte.

La del Remolar de Viladecans, que forma parte de los espacios protegidos del Delta del Llobregat, ha sufrido, asimismo, una fuerte erosión en los últimos años que ha hecho desaparecer las dunas naturales, y la del norte de Gavà se ha ido estrechando progresivamente.

Asimismo, ha resultado dañada la de Castelldefels, que durante los temporales más recientes se inundó en algunos puntos en su parte sur, lo que ha hecho que desembocaduras de aguas pluviales se hayan quedado por debajo del nivel del mar, sin poder ejercer su función.

Las playas metropolitanas se extienden a lo largo de 42 kilómetros de litoral. Son un total de 41, con una longitud conjunta de 30 kilómetros y aproximadamente dos millones de metros cuadrados de superficie.

El AMB comenzó a principios de marzo el labrado de las playas para limpiarlas para la temporada de baños, tarea que se realiza con tractores que remueven la arena a 50 centímetros de profundidad. La semana pasada se trabajó en la capital catalana.