El cadáver de un niño de cinco años de edad fue localizado sobre las diez y media de la noche de ayer miércoles por la Policía Municipal de Sestao (Vizcaya). El cuerpo estaba sumergido en el interior de una charca en terrenos de la antigua empresa Aurrera, ubicada en la calle Rivas.
Según informó el Departamento vasco de Interior a Europa Press, la desaparición del menor fue comunicada a la Policía local de Sestao sobre las tres y media de la tarde de ayer por parte de sus abuelos, con quienes vivía el pequeño.
Al parecer, la víctima había estado jugando con un niño de siete años, quien volvió a su casa, mientras el de cinco años no apareció hasta ser localizado muerto por los agentes. La charca tiene una profundidad de algo más de un metro, suficiente para que el menor se ahogara.
La Ertzaintza ha abierto una investigación para determinar las causas del suceso, y se le practicará la autopsia al menor, aunque los indicios apuntan a un accidente.
El alcalde de la localidad, el socialista José Luis Marcos Merino, ha lamentado "profundamente" el fallecimiento de este niño, que según ha explicado, era "muy formal".
El barrio donde ha ocurrido la desgracia es una de las zonas más degradadas social y urbanísticamente de Euskadi.
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